Filosofía de empresa

Cómo establecer la cultura positiva en mi empresa para aumentar la productividad

Los últimos estudios confirman que el nivel de bienestar y compromiso de los empleados es vital para mejorar su rendimiento y los resultados de la organización. Existen una serie de claves que pueden ayudar a implantar esta forma de trabajo como la empatía, la comunicación o las relaciones sociales.

Cómo establecer la cultura positiva en mi empresa para aumentar la productividad
Cómo establecer la cultura positiva en mi empresa para aumentar la productividad
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"En esta empresa nos preocupamos por los empleados", proclama Michael Scott en un famoso capítulo de la serie 'The Office', mientras suelta un chiste de humor dudoso en una reunión de personal. ¿Quién no lo recuerda? Pero lo cierto es que detrás de la comedia subyace una verdad indiscutible: la cultura empresarial importa. Y si hay algo que la serie nos enseña es que un ambiente laboral tóxico puede ser, en el mejor de los casos, un lastre para la productividad y, en el peor, un generador de costes ocultos y de estrés.

No hace falta ser un experto en psicología organizacional para entender que un entorno de alta presión y cultura del miedo no sólo daña la salud mental y física de los empleados, sino que impacta de manera negativa en los resultados empresariales. Según la Asociación Estadounidense de Psicología, las empresas con ambientes de mucha presión tienen gastos sanitarios casi un 50% más altos que otras organizaciones. Y si nos paramos a pensar en el coste del absentismo, rotación voluntaria y el drenaje de talento, las cifras son, simplemente, desalentadoras. 

Ahora bien, ¿qué podemos hacer para pivotar hacia una cultura empresarial más positiva y productiva? A continuación, desgranamos cuatro fórmulas probadas.

Fomentar las conexiones sociales en el trabajo

La relevancia de las relaciones: Los últimos estudios confirman que las conexiones sociales positivas en el trabajo generan resultados muy deseables. Hablamos de menor absentismo, mayor aprendizaje y hasta mejor salud. 

El coste de la soledad: Según la misma investigación, no debemos menospreciar el impacto negativo de las malas relaciones sociales. Estas aumentan la probabilidad de morir prematuramente hasta en un 70%.

Mostrar empatía con los trabajadores

Jefes que curan y jefes que matan: Un estudio de imágenes cerebrales demostró que los jefes empáticos generan emociones positivas en sus empleados, mientras que los desagradables activan áreas cerebrales asociadas con el estrés.

Compasión como resiliencia: Además, según otro estudio, demostrar compasión fomenta la resiliencia individual y colectiva en tiempos difíciles.

Ir más allá para ayudar

Lealtad generada: Si alguna vez has tenido un jefe que te ayudó más allá de su deber, probablemente le sigas siendo leal, tal y como apunta otro estudio llevado a cabo por Jonathan Haidt, Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York.

La confianza como activo: Los empleados de líderes abnegados son más productivos y cooperativos, tal y como demuestra una investigación paralela liderada por Daan Van Knippenberg, de la Escuela de Administración de Róterdam.

Incentivar la comunicación abierta entre trabajadores

La seguridad psicológica: Según un estudio de Harvard, fomentar un ambiente donde los empleados se sientan seguros para expresarse mejora los resultados.

La cultura del empoderamiento: Paralelamente, otra investigación demostró que empoderar a los empleados, combinado con una buena formación y trabajo en equipo, conduce a resultados superiores.

Con todo lo anterior, podemos concluir que es crucial para el bienestar y la productividad empresarial invertir en una cultura positiva. Un ambiente laboral enriquecedor no solo disminuye el estrés, sino que incrementa la creatividad, la cooperación y, finalmente, el rendimiento financiero. No subestimemos la fuerza de una cultura empresarial positiva; puede ser el catalizador que necesitamos para pasar del estancamiento al crecimiento sostenible. 

Entonces, ¿por qué no aprender una o dos lecciones de Michael Scott? Podemos reírnos de su falta de tacto y sus deslices, pero nunca podríamos cuestionar su entusiasmo por crear una ‘familia’ en la oficina. Y tal vez, solo tal vez, haya algo de sabiduría en su cómica aproximación al liderazgo.

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