Para preservar el capital

Cómo ganar dinero con monedas históricas: un valor seguro para invertir

La numismática es una alternativa de inversión conservadora para refugiar nuestros ahorros fuera de los círculos más comunes. 

Pesetas.
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Imagen de Chefchen en Pixabay.

Acciones, bonos, fondos, planes de pensiones…el abanico de activos en los que invertir es muy amplio, y con él es posible construir carteras de inversión diversificadas y adaptadas a cualquier perfil de inversor. Pero además de esta oferta existe la opción de invertir en bienes físicos. Al pensar en ellos seguramente la primera alternativa que venga a la cabeza sea el mundo inmobiliario pero hay muchas más.

Los lingotes de oro, las piedras preciosas, el arte, el vino o las piezas arqueológicas están en dentro de este grupo, como también lo están las monedas históricas. La inversión en monedas históricas o numismática es una inversión alternativa que permite refugiar nuestros ahorros fuera de los círculos más comunes, como los bancos, las gestoras o las empresas cotizadas.

Se trata de una opción conservadora para los que busquen, ante todo, preservar su capital, ya que no es comparable con la de otros activos cuya rentabilidad en el tiempo puede aumentar el capital inicialmente invertido. Por ejemplo, si se invierten 1.000 euros en un fondo de inversión con una rentabilidad media anual del 5,16% al cabo de 30 años se habrán acumulado 4.524 euros, de ese dinero 3.524 serían las plusvalías. Ahora bien, si se invierten 1.000 euros en monedas históricas, tras 30 años, su valor será prácticamente el mismo.

A pesar de ello, la inversión en estos activos también presenta diferentes ventajas. Una de las más evidentes es que son objetos que se pueden transportar fácilmente. Además, tal y como apunta Adolfo Ruiz Calleja, experto en numismática en una de las entregas de Finect Talks, se trata de una inversión “mucho más líquida si se compara con otros objetos de coleccionistas como cuadros, esculturas o sellos”. Esta liquidez es posible también porque hay un extenso mercado mundial en el que comprar y vender en un periodo de tiempo relativamente corto.

En esta línea, otra de las ventajas de las monedas frente a otros activos físicos como los cuadros o las piezas arqueológicas es que no son piezas únicas en las que entren en juego criterios subjetivos de valoración. Si se quiere adquirir una determinada moneda, existe un registro en el que se muestra el precio medio por el que se han subastado ejemplares semejantes. Eso sí, para comprar o venderlas muchas veces resulta necesario acudir a un profesional o una casa de subastas que cobran por su trabajo un porcentaje mucho más alto, que por ejemplo un gestor de fondos. La parte buena, es que también se pueden realizar transacciones entre particulares de manera sencilla.

Criterios de valoración

Eso sí, no todas las monedas tienen la misma facilidad para ser vendidas. Y si se quiere invertir en ellas hay que tener en cuenta varios criterios. El primero de ellos, la conservación. “Si las monedas tienen un alto nivel de conservación la demanda será mucho más alta”, apunta Ruiz Calleja. Pero, sobre todo, lo que marca el precio es, como en todo, la oferta y la demanda. Un aspecto en el que también entra en juego la conservación.

No se trata de que haya más o menos monedas de una determinada clase en circulación, sino cuántas de ellas se conservan adecuadamente y tienen una alta calidad. "Las monedas de alta calidad, grandes y vistosas, que llaman la atención", son por lo general las más demandadas internacionalmente, según el experto. Otro de los criterios a tener en cuenta es la historia de la propia moneda.

En todo caso, Ruiz Calleja aconseja siempre comprar a través de profesionales que aporten factura. El principal, para evitar engaños. Pero también porque aunque sea un activo que se puede tener en casa, se debe tributar por él a Hacienda en caso de venta, y la factura es el único medio que se tiene para demostrar el precio por el que se compró en su día.

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