El Gobierno cambiará el paro dentro de la reforma del subsidio para permitir que se pueda cobrar la prestación contributiva por desempleo durante un tiempo a pesar de haber conseguido trabajo. Así lo ha anunciado la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en una entrevista en TVE concedida este lunes. "Vamos a permitir la compatibilidad en el trabajo y la prestación pública contributiva" ha avanzado la vicepresidenta al ser preguntada por la reunión que mantendrá esta tarde el secretario de Estado de Empleo con los agentes sociales, con el fin de cerrar un acuerdo sobre el subsidio.
"En el subsidio anterior ya dábamos un paso muy importante, la compatibilidad entre los 480 euros que mejoramos 90 euros más con el empleo, ahora damos un paso más y permitimos también la compatibilidad con la prestación contributiva". El real decreto-ley que decayó en enero en el Congreso de los Diputados hacía posible combinar ambos ingresos durante 180 días, con independencia del tipo de contrato, dado que hasta ese momento se limitaba a los acuerdos laborales parciales, lo mismo que sucede con la prestación contributiva por lo que se espera que el cambio vaya en esta dirección, aunque desde el departamento de Díaz no dan más información.
"El modelo previsto para el subsidio es el que más nos gusta para la prestación, pero hay que ver los detalles" ha explicado el 'número dos' de Trabajo, Joquín Pérez Rey en la rueda de prensa sobre los datos de empleo y paro que el Gobierno en la que ha afirmado que trasladará esta propuesta a la patronal y los sindicatos antes de hacer pública la letra pequeña. El objetivo, según ha explicado, es evitar que se dé un escalón entre los dos tipos de prestaciones -contributiva y no contributiva- y permitir "aunque se verá en qué medida" los ingresos del trabajo con el soporte público. Al igual que Díaz, el secretario de Estado espera que sea posible cerrar esta tarde un acuerdo, por haber hecho "grandes esfuerzos" para que la reforma ligada al Plan de Recuperación salga adelante.
El documento enviado a la patronal y los sindicatos reproduce los compromisos que asumió el 'número dos' de Trabajo de forma verbal en la reunión de este lunes. En él se explica que se permitirá compaginar ambos ingresos a partir décimo tercer mes en el que se cobre el paro, según avanzan a La Información fuentes presentes en la negociación. Es decir, el desempleado tendrá que llevar más de un año recibiendo la prestación contributiva por desempleo para no tener que renunciar a ella al asumir un empleo a jornada completa y una vez le sea concedida, podrá compatibilizarlo hasta 180 días en función del derecho que haya generado.
Actualmente, según explica la página oficial del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) tanto la prestación contributiva como el subsidio por desempleo solo son compatibles con un empleo a tiempo parcial en el que se resta parte de la prestación en función de las horas que se trabajen, con la pensión de jubilación parcial, también con pensiones que sean abonadas por otros estados, los contratos que formen parte del marco del programa de sustitución de personas trabajadoras en formación, la indemnización que corresponda tras un despido, prestaciones de la Seguridad Social por hijo o hija a cargo y otras no contributivas, como el IMV o las rentas mínimas autonómicas. En cambio, sí podían compatibilizarlo con el tiempo completo los del subsidio para mayores de 52 años si el contrato duraba más de tres meses.
La reforma del subsidio por desempleo aprobada en diciembre -que decayó después- hacía que los perceptores pasasen a cobrar el "complemento de apoyo al empleo" tan pronto como encontraban un empleo, con una cuantía que también se reducía en función del número de horas que se trabajaran y el tiempo desde el que se percibía la ayuda. Los desempleados que consiguieran un trabajo a tiempo completo y llevaran menos de tres meses cobrando el subsidio accederían a un plus que equivale al 80% del IPREM -el indicador público de renta-, es decir, ganarían 480 euros frente al 95% del IPREM (570 euros) que obtendría durante los seis primeros meses de no tener un empleo.
