En un documento interno

El Gobierno admite que sancionar el gas de Rusia sería "altamente preocupante"

En un informe elaborado por la Secretaría de Estado de Comercio el Ejecutivo advierte de que "cualquier sanción sobre el sector energético ruso nos afectaría tanto de forma directa como indirecta".

La ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, junto a la titular de Industria, Reyes Maroto
La ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, junto a la titular de Industria, Reyes Maroto
Europa Press

La Unión Europea afronta dividida la decisión de incluir al sector energético en un quinto paquete de sanciones contra Rusia por la invasión de Ucrania. No todos los estados están de acuerdo con esta medida clave para limitar la liquidez de Vladimir Putin por las devastadoras consecuencias que ese castigo supondría en términos económicos para los socios comunitarios. Es el caso de España. Aunque el Gobierno insiste en el argumento de que nuestro país está menos expuesto al impacto económico de la guerra que otros del entorno, en informes internos advierte de que, aunque España no dependa energéticamente del Kremlin, cualquier sanción sobre el sector energético ruso sería "altamente preocupante" para la economía española.

"Si bien España no depende energéticamente de Rusia, cualquier tipo de sanción sobre el sector energético ruso nos afectaría tanto directa, como especialmente, de forma indirecta", alerta la Secretaría de Estado de Comercio en una nota remitida a empresas exportadoras con intereses en Rusia. El departamento que cuelga del Ministerio de Industria explica en el documento, al que ha tenido acceso La Información, que "debido a nuestra interrelación y dependencia de nuestros socios comunitarios, y a la alta dependencia de muchos de ellos de los hidrocarburos procedentes de Rusia, sería altamente preocupante que se produjese un shock de oferta energética que afectaría sin duda tanto a la capacidad productiva, como a las exportaciones del conjunto de la Unión Europea".

La preocupación del Ejecutivo ante la posibilidad de que se acaben adoptando medidas restrictivas sobre el sector energético ruso es notable. En la primera sesión del Consejo Europeo celebrada este jueves en Bruselas uno de los debates centrales giró en torno a cómo incrementar la presión sobre Putin. La opción de imponer sanciones en el ámbito energético rondó las conversaciones. Pero esa batalla la están librando otros países. Por parte de España, Pedro Sánchez está centrado en su propia lucha para bajar los precios de la energía desacoplando el gas de la factura eléctrica. Tras constatar el fiasco de su gira europea, el presidente del Gobierno se resigna a pedir una solución particular para España y Portugal: un 'tope ibérico'.

A España no le interesa alentar el debate sobre si incorporar la energía en un nuevo paquete de sanciones a Rusia porque considera que esta medida sería muy perjudicial para la economía española. Así lo admite el informe de Comercio, que basa su preocupación en varios datos que corroboran que, aunque España no es uno de los países más expuestos a la economía rusa, sí depende en gran medida de la salud de su sector energético. Para empezar, las importaciones de Rusia se dispararon en 2021 hasta alcanzar los 6.034 millones de euros, una cantidad menor en la cesta de la compra exterior española en comparación con otros países, pero que supone un incremento de nada menos que el 135% respecto a 2020.

En su nota, el departamento que pende de la dirección de Reyes Maroto explica este llamativo aumento por el "destacado incremento" del 160% en la partida de combustibles, que representaron el 84% del total de las importaciones rusas. Como resultado, Rusia fue el tercer país proveedor de combustible de España, con una cuota del 10,8%, subiendo una posición respecto a 2020 y situándose por detrás de Nigeria (14,2%) y Estados Unidos (9,5%). Mientras, Argelia pasó a ser el cuarto suministrador, con un 9,3% frente al 8,5% de 2020, ejercicio en el que ocupaba el tercer lugar. Los datos llaman la atención, sobre todo porque el país argelino, con el que Sánchez ha abierto una crisis diplomática tras el giro con Marruecos y el Sahara, es nuestro principal suministrador de gas.

Las importaciones de Rusia se dispararon un 135% en 2021 por el aumento del 160% en la partida de combustibles

Así lo reflejan los datos específicos relativos al gas que aporta el informe de Comercio: en 2021, Rusia fue nuestro tercer país proveedor, con una cuota del 8,6%, ganando una posición respecto al año anterior y situándose por detrás de Argelia (30,5%), y EEUU (27,6%). Por su parte, Nigeria pasó a ocupar el cuarto lugar, con un 10,5%, frente a la tercera posición (10%) que ostentaba en 2020. Dentro de los principales suministradores, la importación de gas ruso fue la que más aumentó en 2021, hasta un 177% respecto al volumen del año anterior. Mientras, las importaciones de gas estadounidense aumentaron un 133%, las de gas nigeriano lo hicieron un 88% y la de gas argelino aumentaron un 69%. Todo ello, tras haber sufrido en todos los casos importantes desplomes en 2020 por la pandemia.

Ante este escenario, el Gobierno advierte en este documento remitido a empresas con intereses comerciales en Rusia de que la imposición de sanciones al sector energético ruso afectaría negativamente a la economía española. Pero no es la única eventualidad que se contempla en el informe. También se hace referencia al impacto directo que tendrían sanciones a Rusia en el comercio de bienes y servicios, donde se concluye que la exportación de máquinas y aparatos mecánicos sería una de las partidas más afectadas. Asimismo, en el ámbito de los servicios, se señalan las eventuales acciones dirigidas a restringir los flujos turísticos de Rusia a España y hacia otros países donde tienen presencia las cadenas españolas como uno de los grandes riesgos que "más podría perjudicar a España".

Por parte rusa, la Secretaría de Estado de Comercio señala que "serían especialmente dañinas para España las medidas restrictivas que puedan imponerse sobre la importación de productos agroalimentarios aún no sancionados (en especial, sobre vino, conservas de verduras, zumos), automóviles y autopartes, productos farmacéuticos y prendas de vestir. Y concluye insistiendo en la advertencia de que, aunque España no depende energéticamente de Rusia, si la Unión Europea se lanza a imponer sanciones a los hidrocarburos de Putin nuestro país saldría mal parado. "Sería altamente preocupante que se produjese un shock de oferta energética", incide el informe elaborado ad hoc para analizar el impacto de las sanciones presentes y futuras sobre la economía española.

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