Grecia y sus acreedores alcanzan acuerdo técnico sobre el plan de rescate

  • Grecia alcanzó el martes un acuerdo técnico con sus acreedores para recibir un tercer plan de asistencia financiera, que ya se presentó ante el parlamento griego para su aprobación en los próximos días.

Aunque todavía deben solventarse algunos "detalles", el parlamento griego publicó el martes por la noche en su página web el proyecto de ley de unas 400 páginas, que los diputados deberán ratificar para beneficiarse de un tercer plan de ayuda que "puede alcanzar 86.000 millones de euros" (95.000 millones de dólares) en tres años, precisa el texto.

A finales de la jornada, la duda imperaba sobre el calendario de adopción definitiva de este acuerdo, tras varios días de negociaciones maratonianas.

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, había pedido el martes por la tarde a la presidenta de la cámara, Zoé Konstantopoulou, la convocatoria de una sesión plenaria el jueves para votar el documento.

La página web del parlamento no precisa si el examen del texto en comisión comenzará el miércoles, como deseaba Tsipras, o el jueves. La presidencia del parlamento parecía abogar a última hora del martes por el inicio de las discusiones el jueves por la mañana.

El proyecto de ley presenta un catálogo de varias decenas de medidas a poner en marcha, entre ellas una reforma del mercado gasístico, de los transportes, de la comercialización de la leche y del pan, la supresión de la mayoría de los dispositivos de jubilación anticipada, la supresión de las ventajas otorgadas a los agricultores para la compra de combustible o el alza de algunas tasas, así como la bajada o la supresión de impuestos.

El parlamento griego precisó, en su página web, que el proyecto de ley no era el "texto definitivo".

Atenas actuó el martes como si todo estuviera solucionado. En un comunicado, el gobierno se felicitó de poder "garantizar" gracias al nuevo plan la cobertura de sus vencimientos "durante los próximos tres años".

Aunque la Comisión Europea también señaló que efectivamente había un acuerdo, precisó que era "a nivel técnico en este momento", y que aún faltaba "una evaluación política", sin aclarar bien cómo debe hacerse ésta.

Una fuente europea dejó abierta la posibilidad de que el acuerdo no sea refrendado formalmente de aquí al 20 de agosto, fecha en la cual Grecia debe reembolsar un tramo de 3.400 millones de euros al Banco Central Europeo (BCE), si bien recordó que Atenas podría recurrir a "un préstamo puente por algunos días" para no faltar a sus obligaciones.

Esta posición es la de Alemania. Según la agencia de prensa ANA, la canciller alemana, Angela Merkel, dijo a Tsipras durante una conversación telefónica el martes que prefería un préstamo puente, a un acuerdo cerrado con rapidez.

En Grecia, la presidenta del parlamento parece tener su propio calendario. Una fuente parlamentaria indicó a la AFP que el examen en comisión del texto podría tener el jueves y su votación durante la noche.

Konstantopoulou hace parte de la treintena de diputados del ala izquierda de Syriza -de un total de 149- que se oponen al tercer plan de ayuda al país.

Desde hace más de dos semanas, el gobierno griego negociaba las condiciones de este plan de rescate con sus acreedores (Unión Europea, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional y Mecanismo Europeo de Estabilidad).

Aunque ambas partes han advertido que quedan detalles por solventar, estos "no afectan al espíritu general del acuerdo", indicó una fuente del ministerio de Finanzas heleno a la AFP.

En virtud de lo acordado, Grecia tendrá en 2015 un objetivo de déficit primario (excluyendo los intereses de la deuda) del 0,25% del PIB. A partir de ahí, el objetivo es tener un excedente primario de 0,5% del PIB en 2016, 1,75% en 2017 y 3,5% en 2018.

Los negociadores moderaron sus exigencias en este punto, tomando en cuenta la ralentización económica del país desde la llegada al poder en enero del gobierno de izquierda radical de Syriza.

Sin embargo, los analistas de Capital Economics consideran que este acuerdo se basa "en proyecciones económicas y presupuestarias muy optimistas, lo que podría significar que no durará mucho tiempo".

El acuerdo concluido este martes fue de antemano rechazado por el sindicato comunista PAME, que convocó una manifestación el jueves.

La Bolsa de Atenas, que se recupera lentamente de las fuertes pérdidas de la semana pasada, reaccionó de forma positiva pero discreta.

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