Hollande pide flexibilidad y tiempo en aplicación de las reglas de disciplina

  • El presidente de Francia, François Hollande, subrayó hoy que debe hacerse el mejor uso posible de la flexibilidad prevista en las reglas de disciplina presupuestaria para que su aplicación no frene el crecimiento, y dejó claro que los resultados de las reformas no son inmediatos.

París, 17 oct.- El presidente de Francia, François Hollande, subrayó hoy que debe hacerse el mejor uso posible de la flexibilidad prevista en las reglas de disciplina presupuestaria para que su aplicación no frene el crecimiento, y dejó claro que los resultados de las reformas no son inmediatos.

En una intervención en la sede de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), después de que el organismo hubiera evaluado su política económica, Hollande manifestó su intención de respetar el plan presupuestario, pero no por el mero hecho de someterse al 'diktat' de Bruselas.

"Hemos emprendido reformas estructurales no para complacer las directivas que nos lleguen de Europa o de organizaciones internacionales. Hacemos esas reformas por el crecimiento y el empleo", señaló.

Hollande, rodeado de la directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde; del secretario general de la OCDE, Ángel Gurría; y del presidente del Banco Mundial (BM), Jim Yong Kim, apuntó que si Francia pone en orden sus cuentas públicas lo hace, en primer lugar, por su propio interés.

Su discurso llega un día después de que la canciller alemana, Angela Merkel, insistiera en que "todos los Estados miembros deben respetar completamente las reglas del Pacto de Estabilidad", sin excepciones, porque ese acuerdo es el "ancla central" para que se vuelva a confiar en la eurozona.

A mediados de septiembre, el Gobierno francés ya había reconocido que no logrará situar el déficit público por debajo del 3 % del PIB que marca Bruselas hasta 2017, dos años después de lo prometido, como consecuencia de un crecimiento económico más débil de lo previsto en Francia y en Europa.

Para Hollande, es necesario actuar sin descolgarse de la coyuntura mundial, y los desafíos a los que hay que hacer frente giran en torno a tres ejes: la competitividad, el control de la deuda pública, y la modernización del país.

En ese sentido, defendió su "pacto de responsabilidad", que prevé una rebaja de 40.000 millones de euros de impuestos a las empresas para intentar que aumente la competitividad y que se creen nuevos puestos de trabajo, y que contrasta con la de 5.000 millones destinados a los hogares.

"No se trata de elegir entre unas u otros, porque en cierta manera son lo mismo", señaló el presidente, que avanzó que el próximo 30 de octubre se anunciará un paquete de 50 medidas tanto para las empresas como para los ciudadanos.

Hollande mencionó también los 50.000 millones de euros de recortes previstos entre 2015 y 2017, y apuntó que todo lo programado no tiene otro objetivo que el de reducir el paro, que ronda el 10 por ciento.

"Hay que dar sentido a lo que hacemos. No se trata de austeridad, sino de modernidad. No se trata de renunciar, sino de construir progreso. Es cierto que las reformas tardan tiempo en dar resultado, pero cuando los resultados aparecen -subrayó- son impresionantes".

Según calculó hoy la OCDE, la aplicación completa de las reformas estructurales ya en marcha o anunciadas por Francia podrían suponerle un aumento de 0,4 puntos porcentuales al año en los próximos diez años.

Gurría animó así al Gobierno galo a mantener sus planes y a llevar a cabo políticas más favorables al empleo, e insistió en que el restablecimiento de la confianza y el aumento de la competitividad no llegarán si no se cumplen esos planes.

Pero, en consonancia con la postura de Hollande, respaldó su llamamiento en favor de la flexibilidad, alegando que "las reglas están hechas en ciertas circunstancias", y que "cuando el contexto cambia hay que hacer adaptaciones sin perder ni su espíritu ni su objetivo".

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