Cuatro días de espera

El 'impasse' de Sánchez deja en el aire decisiones clave para la economía y las grandes empresas

Si a nivel macroeconómico el efecto nunca va a ser importante a corto plazo, este parón sí tiene un cierto efecto paralizante sobre algunos sectores de la economía y algunas compañías que necesitan el apoyo del Gobierno.

El 'impasse' de Sánchez deja en el aire decisiones clave para la economía y las grandes empresas
El 'impasse' de Sánchez deja en el aire decisiones clave para la economía y las grandes empresas
Agencia EFE

El parón de Pedro Sánchez en toda su actividad institucional para meditar sobre su continuidad en el cargo de presidente ante los ataques vertidos sobre su mujer por la investigación abierta en un juzgado de Madrid sobre su actividad profesional, ha provocado un terremoto político en España con efectos sobre una economía, que se queda in albis al menos durante cuatro días, hasta que el líder del PSOE y del Gobierno se pronuncie sobre su futuro. Si a nivel macroeconómico el efecto nunca va a ser importante a corto plazo, este ‘impasse’ de Sánchez sí tiene un cierto efecto paralizante sobre algunos sectores de la economía y empresas importantes para su funcionamiento, que están pendientes de procesos y decisiones clave a corto plazo, dependientes del Ejecutivo.

La más perentoria de todas las decisiones es la intención de la empresa emiratí Taqa para quedarse con una mayoría del capital de Naturgy, una compañía estratégica española de la que depende el suministro de gas a millones de hogares y que depende en gran medida de las tensiones geopolíticas sobre ese mercado. El anuncio del presidente se da cuando uno de los accionistas mayoritarios españoles, Criteria, negocia con el Gobierno los posibles acuerdos parasociales que se pueden imponer a Taqa, para que su entrada en el capital de Naturgy no suponga perder el control español en la toma de decisiones.

El proceso sobre la gasista se produce, además, en un momento clave en la reconversión del sector energético español y su transición ecológica, auspiciada por Teresa Ribera, que va de camino a Bruselas, y liderada en los últimos meses directamente desde Moncloa en contacto bilateral con las grandes energéticas. La idea de compensar el nuevo impuesto a las energéticas con deducciones a las inversiones que se hagan en esa transición ‘verde’ se lleva a cabo con participación directa del presidente, entre otros protagonistas, al igual que la necesidad de compensar ese mismo tributo en el caso de la banca. En el sector financiero, un frenazo político que genere incertidumbre en la economía española es algo que se teme, sobre todo ante una perspectiva de bajada de tipos de interés, pendiente de confirmar por parte del BCE.

Más allá de la energía y la banca, sectores clave para la economía española, la sorpresa de Sánchez se produce cuando la SEPI está en pleno proceso de entrada en Telefónica con un 10% y 2.000 millones de euros, para compensar y mantener el control de la compañía ante la llegada de los árabes de TSC, que se postulan como nuevos socios con un 9,9%. Es más, esa operación debe pasar el visto bueno del Gobierno, por ser estratégica e implicar algunos procesos de investigación tecnológica clave para la defensa y la seguridad nacional.

Y del lado de las infraestructuras, aparte de todas las inversiones y operaciones en marcha para la red ferroviaria y de carreteras, está también pendiente el Gobierno de Sánchez de encontrar un socio industrial para Talgo, algo que parece complicado y para lo que se ha pedido ayuda también a CriteriaCaixa. El objetivo es evitar que la empresa quede controlada por la opa que han lanzado los húngaros de Magyar Vagon, con capital público del gobierno de Orban

Escenario político incierto si anuncia su dimisión

El nuevo giro de guion del presidente del Gobierno abre un escenario de incógnitas en el plano parlamentario, del que penden muchas de las reformas antes descritas. El secretario general del PSOE no puede convocar elecciones generales, dado que hace menos de un año que decidió disolver las Cortes y llamar a los ciudadanos a las urnas tras los comicios autonómicos en los que se impuso el Partido Popular; pero existen varios escenarios alternativos. Sánchez podría decantarse por probar los apoyos de sus socios parlamentarios a través de una cuestión de confianza en la que serían los partidos representados en la Cámara Baja los que decidirían si quieren o no que continúe en el cargo, en caso de perder la votación, tendría que dimitir.

Si, por el contrario, Sánchez elige dimitir directamente, cesaría el Gobierno entero, que quedaría en funciones y se iniciaría el proceso para elegir a un nuevo candidato a la presidencia del Ejecutivo sin necesidad de acudir a las urnas. El grupo socialista podría impulsar un candidato o candidata que, en principio, mantendría los apoyos que sustentan la coalición, no obstante, el escenario podría complicarse por el inicio de la campaña electora de Cataluña el próximo viernes -antes de que Sánchez comunique su decisión-. El resto de grupos también podrían tratar de elevar a sus candidatos, pero si en un plazo de dos meses no se ha otorgado la confianza para formar un nuevo Ejecutivo, el país se vería abocado a un nuevo proceso electoral que sí podría en juego los datos macroeconómicos del país, ya que se volvería a mandar un mensaje de inestabilidad a empresarios e inversores.

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