La inflación interanual en Francia se ha situado en el 5,6% en septiembre, según los datos provisionales publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística francés (INSEE), lo que significa que la subida de los precios se ha moderado tres décimas respecto a agosto (5,9%). Este descenso va en línea con el IPC español, que se desaceleró un punto y medio por su menor dependencia energética y los menores precios de la electricidad, hasta situarse en el 9%, bajando de las dos cifras.
La tendencia de los precios en Francia es también contraria a la que ayer rebeló Alemania, cuyo IPC escaló hasta el 10%, la mayor tasa desde la segunda guerra mundial. Los problemas energéticos del país germano han hecho que la energía se pague un 43,9% más cara que el mismo mes del año anterior, mientras que los alimentos también han subido de precio un 18,7%. Los planes energéticos de España y Francia y la menor dependencia de la energía rusa han conseguido moderar el crecimiento de los precios en un mes especialmente crítico, como es septiembre.
En concreto, la rebaja de la inflación francesa se debe a una ralentización en el incremento de los precios de la energía y de los servicios, según informa el INSEE. El incremento interanual en la energía se ha quedado en el 17,8% en septiembre, cuando había sido del 22,7% el mes precedente. En los servicios, la progresión ha sido del 3,2% en septiembre, comparada con el 3,9% en agosto, una disminución habitual en este momento del año al final de la temporada turística, pero más acusada en esta ocasión.
Por el contrario, el encarecimiento de los alimentos en términos interanuales se ha acrecentado este mes hasta el 9,9%, comparado con el 7,9% en agosto. Lo mismo ha ocurrido con los productos manufacturados, con un ascenso del 3,6% en septiembre, una décima más que el mes precedente. Si se toma de forma aislada el mes de septiembre, los precios al consumo bajaron un 0,5%.