Para hacer frente a exigencias regulatorias

Kindelán reitera que la banca española tiene un "colchón" de 60.000 millones

La presidenta de la patronal bancaria, Alejandra Kindelán, ha insistido en la fortaleza de los bancos españoles. En cuanto a la Autoridad de Defensa del Cliente ha insistido que la mejor opción era mejorar las opciones que había.

Kindelán recuerda que la banca española tiene un "colchón" de 60.000 millones
Kindelán recuerda que la banca española tiene un "colchón" de 60.000 millones
Europa Press

La presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB), Alejandra Kindelán, ha retirado la buena salud de los bancos españoles y ha recordado que las entidades españolas tienen un exceso de capital sobre fondos propios de 60.000 millones de euros para hacer frente a compromisos regulatorios. Así, lo ha señalado Kindelán durante su conferencia titulada “Retos y oportunidades de la banca española en un entorno de cambios” en el Consejo General de Economistas.

Este exceso permite compensar cualquier exigencia de incremento de capital, ya que, por ejemplo, la Autoridad Bancaria Europea (EBA) señaló que el riesgo climático podría desencadenar un incremento de las exigencias de capital a futuro. 

La presidenta de la patronal bancaria, asimismo, ha señalado que la subida de los tipos de interés a permitido acercar por primera vez en una década a los bancos españoles al rango de coste de capital. Durante su intervención, Kindelán se ha referido tanto a la Autoridad de Defensa del Cliente y al impuesto extraordinario sobre la banca. Respecto a la primera, la disolución de las Cortes ha dejado en suspenso su entrada en vigor que tenía que ser votada en última instancia por el Senado.

Kindelán ha reiterado una vez más su rechazo. "No nos gustaba cómo estaba configurada", ha reconocido. "Nuestra posición sobre este tema siempre ha sido clara: no hacía falta una autoridad para resolver estas cuestiones", se ha referido la presidenta de la AEB. Hay que recordar que la Autoridad del Cliente Financiero se debería financiar por las propias entidades. Aunque se eliminó uno de los puntos más polémicos, como era la tasa que deberían abonar las entidades financieras por cada reclamación presentada. 

En cuanto al impuesto, Kindelán ha recordado que penaliza los ingresos y que es muy diferente a otros tributos que hay sobre la banca en Europa. Ha recordado que este incremento de los ingresos que comenzó a darse entre las entidades financieras el año pasado y el siguiente como consecuencia del cambio en la política monetaria del BCE tiene fecha de caducidad y que no se trata de los llamados "beneficios caídos del cielo". "Lo que sí nos dicen las autoridades es que la subida de tipos y la mejora de márgenes que se está produciendo no es indicativa de que esto vaya a ser sostenido en el tiempo porque el aumento de las tasas tiene otros impactos negativos sobre el sector. Frena la economía, la actividad y puede acabar generando más morosidad", ha sostenido.

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