La ciudad de Suez intenta recuperar con Al Sisi el esplendor perdido

  • La ampliación de un canal que une dos continentes y la inauguración de un museo que recoge reliquias que se remontan a la prehistoria son dos de las últimas apuestas del presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, para que la ciudad de Suez recupere su esplendor perdido.

Imane Rachidi

Suez (Egipto), 4 oct.- La ampliación de un canal que une dos continentes y la inauguración de un museo que recoge reliquias que se remontan a la prehistoria son dos de las últimas apuestas del presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, para que la ciudad de Suez recupere su esplendor perdido.

Suez es la ciudad más grande del Mar Rojo egipcio y está situada en el extremo norte del Golfo de Suez, al este del delta del Nilo, al oeste del Sinaí y limita por el sur con Ismailiya.

La ciudad tiene puestas sus esperanzas en Al Sisi para volver a ser el símbolo que fue y superar las dificultades de crecimiento económico que ha vivido desde los primeros días de su historia, cuando, por falta de agua dulce, el agua potable le llegaba a espaldas de los camellos.

La revolución de la ciudad la trajo el Canal de Suez, que conoce bien el expresidente del puerto de Port Said, Shirin Hasan, quien aplaude el nuevo proyecto para construir un canal paralelo al actual.

Con 72 kilómetros de longitud, la nueva infraestructura favorecerá la reducción de las horas de espera de los barcos y permitirá su mayor afluencia.

La ciudad de Suez ha desempeñado un papel importante entre Oriente y Occidente durante toda la historia de la Humanidad, incluida la época de los faraones y romanos, y lo sigue haciendo en la actualidad. "Es símbolo de comercio", dice Hasan, experto en el canal.

Este paso marítimo, cuyas arterias se extienden por 195 kilómetros de longitud, fue abierto en 1869 y nacionalizado el 26 de julio de 1956 por el entonces presidente egipcio, Gamal Abdel Naser, lo que desembocó en una guerra con Francia e Inglaterra, que hasta ese momento gestionaban el Canal de Suez.

"Ha representado el papel de la puerta hacia Europa y permitió conectar los dos continentes para facilitar el transporte de mercancías y productos tanto africanos -por el Mar Rojo- como asiáticos", recuerda Hasan.

Este antiguo responsable hace hincapié en que Suez "ha visto pasar importantes inventos en grandes barcos exportados hacia todo el mundo".

Después de la guerra de 1973, entre Egipto e Israel, la ciudad "quedó marginada y vivió mucha corrupción con (el expresidente Hosni) Mubarak. No había proyectos y nadie invertía aquí", cuentan los más ancianos, según afirma a Efe el líder de la principal asociación juvenil de Suez, Montaser Saleh.

Además, desde la caída de Mubarak en 2011, Egipto vive una crisis de seguridad que está dejando mella en el turismo y la economía del país, por lo que la duplicación del canal representa una pequeña ilusión para remontar, pues está previsto que haga aumentar sus ingresos de los 5.000 de dólares actuales a 259.000 millones.

La esperanza es reflejo de su nueva capacidad: lo atravesarán 96 buques en vez de los 49 actuales.

"Tenemos grandes problemas de desempleo y este proyecto aportará mucho para intentar poner fin a este retraso económico que vive la ciudad. Será muy ventajoso para nosotros", señala Saleh.

El joven añade que esta obra supone una gran apuesta para la economía egipcia porque con ella se "destaca la importancia de Egipto y su canal" para el comercio mundial.

Por ello, confía "en el Gobierno de Al Sisi" y se muestra seguro de que los problemas del futuro "los afrontará el pueblo egipcio unido".

Fuentes de la gobernación de Suez también prevén que este proyecto ampliará las posibilidades de trabajo, pero también que permitirá el control de la inmigración irregular hacia Europa, al haber una mayor presencia de las Fuerzas Armadas encargadas del control del canal.

Más allá del aspecto económico del canal, destaca también su vertiente histórica, ligada a la evolución de la ciudad.

Para recogerla se inauguró esta semana el Museo Nacional de Suez, que agrupa 1.276 piezas arqueológicas, entre ellas estatuas, armas, monedas o mapas, colocadas en un espacio de 6.000 metros cuadrados para reflejar el papel geográfico e histórico de la zona.

"Es la representación del escenario del terreno sobre el que se construyó el Canal de Suez. Desde las primeras monarquías que pensaron en excavarlo para facilitar la exportación de productos típicos como los de Somalia, porque los necesitaban para sus ritos religiosos", explicó a Efe la historiadora Amira Mohamed Naguib.

La zona era "camino hacia La Meca" y por eso hay varias piezas de esa época, como un palanquín. Suez necesitaba un museo como este porque "la ciudad tiene mucho que contar", asegura Naguib.

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