Mantener los empleos ha sido una de las prioridades de las empresas familiares durante la crisis, pese a una caída de ingresos, que en muchos casos ha supuesto un recorte de su rentabilidad y su productividad. Nueve de cada diez empresas en España son familiares y dan empleo a 6,58 millones de personas -el 67% de los trabajadores del sector privado-.
Los datos forman paarte del informe La Empresa Familiar en España (2015), elaborado por el Instituto de la Empresa Familiar y su Red de Cátedras, y que ha sido presentado hoy en Madrid por el presidente del Instituto de la Empresa Familiar, Javier Moll, el director general del IEF, Juan Corona, y los catedráticos José Carlos Casillas, María Concepción López y Ángel Meroño.
El estudio, patrocinado por el Banco Santander, no tiene precedentes a nivel mundial, aseguraron sus autores. "Es el de mayor rigor, alcance y profundidad que se haya podido elaborar hasta ahora", destacó José Carlos Casillas. En su elaboración, que ha durado dos años, han participado 38 Cátedras Universitarias de Empresa Familiar, cerca de 80 investigadores, y se ha utilizado una muestra de 142.000 empresas.
Han quedado fuera del cálculo todas las empresas con forma jurídica diferente a Sociedad Anónima y Sociedad Limitada y, en concreto, los autónomos, por lo que se puede decir que las cifras resultantes son "conservadoras".
En España hay algo más de un millón de compañías de carácter familiar y su peso en la actividad económica equivale al 57,1% del Valor Añadido Bruto del sector privado.
Empleo y crisis
La crisis económica provocó la desaparición del 18,3% de las empresas familiares, una tasa de mortalidad tres veces superior a la de la empresa no familiar (6,6%), a pesar de lo cual las empresas familiares en su conjunto lograron mantener el empleo. El 92% de las empresas destruidas durante la crisis fueron familiares.
El grueso de la destrucción de puestos de trabajo se ha concentrado en las empresas que han cerrado, ya que las empresas familiares que han seguido activas han incrementado el número de trabajadores por cada millón de euros ingresados, pasando de 4,7 empleados por millón de euros facturados en 2007, antes del inicio de la crisis, a 5,1 trabajadores en 2013.
Mientras, las empresas no familiares han sobrevivido a la crisis mediante ajustes en el empleo, pasando en este mismo periodo de 3,1 a 3 trabajadores por millón ingresado.
La crisis ha provocado asimismo una fuerte caída de la rentabilidad de las compañías, más acentuada en el caso de las empresas familiares, debido a su compromiso con el empleo.
No obstante, el estudio pone de manifiesto que las empresas familiares que superan el umbral de los 50 trabajadores son capaces de obtener rentabilidades económicas superiores a las no familiares. Este dato rompe la idea de que las empresas familiares son siempre más pequeñas y menos rentables que las no familiares.Menos endeudamiento
En lo que se refiere al endeudamiento, las empresas familiares presentan ratios menores que las no familiares, tanto en el momento de entrada como en la salida de la crisis económica. De hecho, el gap de endeudamiento entre uno y otro grupo de compañías se amplía de manera significativa, pasando de 1,5 puntos a 20.
Así, en 2007 el ratio de endeudamiento de las empresas familiares era del 67,2% y en 2013, del 73%. En el caso de las no familiares, ha pasado en este periodo del 68,7% al 92,9%.
Estos datos se explican por el compromiso de los propietarios familiares por mantener la financiación de la empresa con sus propios recursos, con una visión a largo plazo relacionada con la transmisión de la empresa a las siguientes generaciones.Mayor longevidad
El estudio dedica también un extenso apartado a la gestión y a las singularidades de la empresa familiar española. Una característica destacable de la misma es su mayor antigüedad relativa. La longevidad de las empresas familiares es especialmente alta (33 años), muy por encima de la antigüedad promedio de las empresas españolas (en torno a doce años, según datos del Instituto Nacional de Estadística).
El 73% de los equipos directivos de las empresas familiares cuenta con presencia femenina, mientras que en el conjunto de las empresas españolas este porcentaje es de tan sólo el 32%.
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