La escalada de precios dispara la compra de electricidad a Francia hasta octubre

  • España analiza con detalle el calendario de cierre de las instalaciones nucleares francesas para prevenir subidas bruscas de la luz
Gráfico saldos.
Gráfico saldos.

Pura física. En dos mercados conectados, aunque sea en precario, la diferencia de precios genera movimiento. Así sucede con el precio de la electricidad. En España, las fuertes subidas de los últimos meses -por climatología e impuestos- han disparado las compras de electricidad a Francia, que apuntan a récord anual

Los números que maneja el Ministerio de Energía son llamativos. En los nueve primeros meses del año, España ha exportado al país vecino 1.516 Gigavatios-hora (GWh) y ha importado 14.376 Gwh. La espectacularidad de las cifras se ve mejor si se traducen a porcentajes en comparación con los nueve primeros meses de 2016: las exportaciones se han desplomado y caen un 52%, mientras las importaciones suben un 44%.

Los precios en el mercado energético francés, que se basan en la generación nuclear, hacen atractivo el juego de la casación  de la oferta y la demanda en momentos clave. Sobre todo en un mercado como el español, con factores climáticos y regulatorios que empujan los precios al alza.

Escasa interconexión

En ese juego, y en un ejercicio caracterizado por la falta de lluvia y hasta de viento, el mercado francés, pese a la escasa interconexión, se ha convertido en fundamental para evitar una inestabilidad aún mayor de los precios. Pese a todo, el recibo de la luz de un consumidor medio (tarifa de último recurso) se ha encarecido un 12% en lo que va de año.

Hasta octubre, el consumidor, según la secretaría de Estado de Energía,  ha pagado de media 688 euros por el consumo eléctrico, 74 euros más que en el mismo periodo del año anterior. El ministerio que dirige Álvaro Nadal se consuela: sostiene que esos 688 euros son 21 euros menos de lo que el mismo consumidor pagó entre enero y octubre hace dos años.

Pero la preocupación en la secretaría de Estado es evidente. Fuentes del departamento han explicado que están muy pendientes de la evolución del mercado francés. En lo más inmediato, por las previsiones meteorológicas que apuntan a incrementos en la demanda eléctrica de hasta el 10% en el país vecino. Y más a medio plazo, por el calendario de paradas de las nucleares para su revisión, lo que podría mover los precios a ambos lados de los Pirineos.

Francia es el país nuclear por excelencia, con 58 centrales activas, una inactiva y 12 desmanteladas. Recientemente apostó por ir soltando lastre. En ocho años tiene previsto cerrar hasta 24 instalaciones. En la actualidad está llevando a cabo un proceso de revisión de todo el parque que se extenderá hasta 2018.

Compromisos difíciles

El debate es intenso. Esta misma semana, el ministro de Ecología, Nicolas Hulot, admitió  la dificultad de cumplir el compromiso fijado en la ley de transición energética aprobada en 2015 bajo el mandato de François Hollande y ratificado por el actual presidente, Emmanuel Macron.

La preocupación de los responsables de Energía está justificada. Porque las cosas en el mercado eléctrico han  cambiado mucho, pero no todas para bien. En la última década, el saldo de exportaciones-importaciones de energía, era casi siempre positivo. España vendía más electricidad de la que importaba. Esa situación ha cambiado. ¿Para siempre?

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