La OCDE urge a acometer reformas estructurales para paliar los efectos de la crisis

  • París.- La OCDE urge a cometer sin dilación reformas estructurales para paliar los efectos de la crisis, que no sólo ha provocado una recesión de la que algunos países no han salido todavía, sino que va a recortar el crecimiento potencial de sus economías de forma permanente.

París.- La OCDE urge a cometer sin dilación reformas estructurales para paliar los efectos de la crisis, que no sólo ha provocado una recesión de la que algunos países no han salido todavía, sino que va a recortar el crecimiento potencial de sus economías de forma permanente.

Este es el principal mensaje del informe sobre crecimiento publicado hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que cifra en 3,1 puntos de Producto Interior Bruto (PIB) la pérdida media a largo plazo en el potencial de sus países miembros.

Una media que encierra notables diferencias y que pone en evidencia que las mayores dificultades son para España e Irlanda, que van a ver recortado el PIB en 10,6 y 11,8 puntos, respectivamente, en los próximos años.

Eso sin tener en cuenta la recesión que ambos países vienen arrastrando desde hace varios trimestres, y que para los 30 Estados de la OCDE se ha traducido en una caída del PIB del 4%.

La razón por la que Irlanda y España aparecen como los países más castigados por la crisis es el impacto económico de la pérdida masiva de empleo, que supondrán un recorte de 9,8 puntos del PIB para el primer país y de 8,4 puntos para el segundo.

Los autores del estudio señalan que ambos países van a experimentar una inversión de los flujos de llegada de inmigrantes, que por centenares de miles se han incorporado a sus respectivos mercados de trabajo en los últimos años.

Los menos afectados a largo plazo por esta crisis en términos relativos serán Japón (-2,1 puntos de PIB a largo plazo), Estados Unidos (-2,4 puntos), Canadá (-2,4) y Nueva Zelanda (-2,4).

El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, advirtió de que "la recesión mundial ha dejado cicatrices profundas" y "la única forma de empezar a restañar estas heridas es tomar ahora medidas que permitan a nuestras economías recuperar el potencial perdido".

El economista jefe de la organización, Carlo Padoan, señaló que si bien en el momento álgido de esa recesión fue oportuno recurrir a medidas de apoyo público a la actividad, "ahora la situación es totalmente diferente" y una de las urgencias es restablecer la situación de las finanzas públicas.

Por eso Padoan señaló que esos dispositivos de estimulación sólo se pueden mantener en los países que tienen "margen fiscal", es decir, que no tienen una balanza financiera desequilibrada, ya que estos últimos deben poner en marcha "inmediatamente" planes de ajuste.

Aunque se resistió a darr nombres, el economista jefe comentó que "no es difícil identificar qué países" son los que tienen más presión para aplicar ese tipo de planes, y limitándose a la zona euro, añadió que basta con observar aquellos cuyo "perfil de deuda parece insostenible" no sólo por el déficit público, sino también por los números rojos de su balanza por cuenta corriente.

Preguntado por el caso de Grecia, respondió que "las recomendaciones son muy claras", puesto que las autoridades de Atenas deben empezar a actuar en el terreno fiscal para aumentar la recaudación y limitar el gasto con la reforma del sector público.

Añadió que Grecia tiene además un problema general de productividad de su economía y de falta de competencia.

La cuestión también se planteó para España, y aquí la prioridad destacada por Padoan fue que "el mercado de trabajo necesita ser reformado" para reducir la dualidad entre un alto nivel de temporalidad y la protección de los empleados con contratos fijos.

Otras reformas necesarias en España son, según él, el sector de la vivienda y el financiero, con el objetivo de que su funcionamiento sea "más equilibrado en el futuro".

El economista jefe también ofreció unas directrices en política fiscal, al señalar que aumentar los impuestos sobre el consumo (como el IVA) es "menos dañino" para la economía que gravar más a las empresas.

Y consideró que estamos en una fase pertinente para establecer una fiscalidad ecológica no sólo porque eso ayudará a cubrir los agujeros de las finanzas públicas, sino porque establecerá orientaciones para privilegiar sectores económicos con futuro.

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