Se busca nueva financiación

El descontrol de la deuda en las CCAA amenaza con asfixiar su financiación

El último informe de la Airef muestra las diferentes deudas autonómicas y advierte de la gran diferencia de gestión que existe entre modelos como el catalán o valenciano, frente al madrileño o el vasco.

Monedas y billetes
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29/6/2020
La España 'descontrolada': dos modelos económicos para hacer frente a la deuda.
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En los códigos medievales hindúes enfatizaban que el deudor que no pagaba renacería como esclavo de su acreedor. Con el paso de los siglos, se han impuesto las leyes del mercado que han alterado el significado de la deuda. Ésta ya no tiene el poder de establecer el destino de una persona más allá de la muerte, pero sí puede determinar el porvenir socioeconómico de un territorio. Así, multitud de organismos centran gran parte de sus análisis en examinar el progreso de ésta. Uno de ellos es la Airef (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal), que, en su último observatorio, presentó el contraste de deudas regionales dentro de España. Mientras que resaltó positivamente a País Vasco por situarse en el nivel de referencia del 13%, calificó a la Comunidad Valenciana de “vulnerable” por rozar el 50% de deuda sobre el PIB. 

La deuda tiene "tres variables", afirma Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas, "la primera es el sistema de financiación que se tenga, la segunda es la política que se lleve a cabo, ya sea liberal o socialdemócrata, y la tercera es la capacidad de gestionar". Sobre estas dos  últimas variables Pablo Alcalá-Santaella, profesor de Economía Aplicada en la universidad CEU San Pablo, dice que "se puede hablar de dos modelos claramente diferentes. En el caso de Cataluña y la Comunidad Valenciana es un modelo más centrado en el gasto público como dinamizador de los servicios públicos, mientras que en el caso de Madrid y País Vasco es un modelo más centrado en la eficiencia del gasto". Y así lo confirma una herramienta de la Airef, que proyecta el futuro déficit de estas comunidades autónomas muy dispar unas de otras en los próximos años.

El déficit con respecto al PIB de la Comunidad Valenciana en 2021 es del -2,1%. Desde el organismo, estiman que éste aumente en el año 2049 hasta un -3,6%, lo que supondría una subida de hasta 1,5 puntos porcentuales. Además, en Cataluña, la institución predice que su déficit pase del -1,7% al -2,6%. Un aumento del 0,9%. Por otro lado, la Comunidad de Madrid y País Vasco, exhiben no solo un déficit menor (-0,8% y -0,9% respectivamente), sino que sus aumentos porcentuales durante los próximos 27 años serán mucho más estables (del 0,5% y 0,4%). Además, en el gráfico histórico, las comunidades con mayor deuda agigantan con el transcurso de los años su distancia con respecto a aquellas que la tienen menor.

El economista Gonzalo Bernardos hace un análisis de ambos modelos y explica las razones -combinando las tres variables de Valentín Pich- de por qué en algunas comunidades se tiende más hacia una mayor deuda y en otras hacia una menor. País Vasco tiene un modelo que tiende hacia una deuda reducida porque "el cupo vasco es un chollo" ya que, por acuerdos políticos, lo que pagan al Estado por los servicios que éste les proporciona es "en lugar de diez, cuatro". Cabe recordar que la comparativa con el caso vasco no es homogénea, si tenemos en cuenta que tienen en el Concierto Económico su sistema fiscal propio y recaudan y gestionan todos sus impuestos, algo que no ocurre en el resto de comunidades de régimen común. En el caso de Madrid, la diferenciación está en que "tiene una capacidad de recaudar más grande que el resto del país" porque es "el sitio donde más riqueza se acumula" y, también, "las prestaciones públicas son de muy bajo nivel".

En cambio, Cataluña, "que es la que más recaudó en impuestos y más tributos propios tiene" y que "es una de las tres que menos gasta en porcentaje con el PIB en educación y sanidad", tiene esa notable deuda debido al "procès, los altos sueldos de sus políticos y el gasto en embajadas". La alta deuda de la Comunidad Valenciana lo achaca a todos los "gastos en infraestructuras" y obras "faraónicas" durante los "años del despilfarro" del Partido Popular. Bernardos sentencia prediciendo lo que ocurrirá con el elevado déficit a largo plazo que la Airef pronostica para estas dos últimas comunidades: "Se les pagará el déficit que tienen y la excusa que usarán es que están escasamente financiadas".

Este modelo, que provoca una divergencia de deudas entre unas comunidades y otras, tiene sus adeptos, como Miguel Anxo Bastos, profesor de la Universidad de Santiago de Compostela, que cree que "beneficia" al sistema porque "la competencia fiscal evita niveles de endeudamiento mayores" y permite "incentivar" a las comunidades a imitar las mejores prácticas. Sin embargo, la mayoría de los economistas consultados apuestan por un cambio en el modelo. La presidenta de la Airef, Cristina Herrero, advirtió el pasado abril de la "necesidad de una estrategia fiscal a medio plazo para abordar los riesgos que afectan a la sostenibilidad de las CCAA". En la misma línea está el presidente del Consejo General de Economistas que dice que "el sistema de financiación está obsoleto. Los políticos tendrían que hacer una propuesta de financiación autonómica y reestructurar el sistema impositivo". 

El economista Santiago Niño Becerra va más allá y sugiere incluso un cambio en la propia Carta Magna, "Madrid no debería ser una región. Sería conveniente crear una especie de Distrito de Columbia que abarcase a Madrid ciudad junto a poblaciones que son extensiones de la capital" porque "en España hay regiones que son económicamente insostenibles". En 2017, el Ejecutivo del expresidente Mariano Rajoy comenzó la reforma de una de las tres variables de Pich: un nuevo cambio en la financiación autonómica. Se creó así una comisión de expertos nombrados por el Gobierno Central y las CCAA para comenzar una discusión política que originase dicha reforma. Sin embargo, cuatro años y dos legislaturas después, el debate no se desencalla y el modelo sigue 'descontrolado'. El PSOE de Sánchez vuelve ahora a la carga con el cambio del modelo de financiación, que lleva una década recibiendo parches y no soluciona el futuro ni la amenaza de asfixia autonómica por la deuda acumulada. 

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