El presidente de Banco Financiero y de Ahorros, Rodrigo Rato, está haciendo un ejercicio de fidelidad con Lazard, el banco en el que trabajó hasta diciembre de 2009, antes de dar el salto a Caja Madrid para sustituir a Miguel Blesa.
Lazard, que ya asesoró a la caja de ahorros madrileña en el proceso de integración en el SIP que lidera junto a Bancaja y que ya opera como banco, tiene ahora todas la papeletas para convertirse en el asesor del banco en la próxima salida a bolsa del grupo. Rato aseguró el lunes que el banco ya ha tomado las "primeras decisiones técnicas" para realizar la salida a bolsa.
Una de las próximos sería contratar a Lazard como cabeza visible de la que, salvo sorpresa, será la mayor salida a bolsa del año. Según fuentes del mercado, Lazard ya está trabajando en la operación y ha entablado los primeros contados con el resto de entidades que podrían participar en la operación como coordinadores globales, colocadores y aseguradores.
Desde Caja Madrid aseguran que "a día de hoy, no hay nada"; sin embargo, reconocen que van a empezar a sentarse con todos los agentes que participan en una operación de este tipo y que, probablemente, vayan a hablar con Lazard. La batalla por posicionarse bien en la OPV que más comisiones va dejar a los bancos este año acaba de empezar.
Antes del verano
Aunque el proceso de salida a bolsa tan sólo ha empezado a calentar motores, el grupo que preside Rato tiene que darse prisa para sacar adelante una operación que afronta por obligación y que podría llevarse a cabo antes de verano.
El importe de la oferta será de, al menos, los 2.000 millones de euros que la entidad necesita para alcanzar el 8% de core capital que pide el Gobierno a los bancos. Al cierre de 2010, la entidad tenía un core capital del 7,04% frente a la horquilla entre el 9% y el 10% que el Gobierno –tal y como adelantó la semana pasada la vicepresidenta Salgado- va a exigir a las entidades financieras que no cotizan en bolsa.
La alternativa al incumplimiento es la entrada del Estado en el capital de las cajas. Es decir, su nacionalización.
Banco Financiero y de Negocios obtuvo el año pasado un beneficio atribuido de 440 millones de euros y cuenta con un ratio de morosidad del 6,3%. El grupo realizó el año pasado una agresiva estrategia de saneamiento y realizó dotaciones por valor de 9.200 millones de euros.
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