Concentrar la jornada semanal de trabajo en tres o cuatro días para facilitar la conciliación familiar en aquellas zonas más afectadas por las medidas de prevención decretadas por las autoridades sanitarias para contener la extensión del coronavirus. El Colegio General de Economistas ha animado a las autoridades gubernamentales a impulsar esta solución como cauce para hacer compatible una cierta normalidad en el desempeño laboral con el imperativo de cuidar de los niños que no pueden acudir a sus centros escolares -por el cierre preventivo de éstos- o de los mayores señalados como población de riesgo por Sanidad.
El 'shock' social por el cierre de los centros escolares en la Comunidad de Madrid, La Rioja y otras localidades como Vitoria para contener la expansión del virus ha desembocado ahora en un profunda preocupación por parte de las empresas y los economistas por las potencialmente debastadoras consecuencias que pueden tener las medidas preventivas dictadas por las autoridades sanitarias sobre la economía local y nacional. Mientras el Gobierno trabaja en habilitar una nueva prestación para dar cobertura a los trabajadores y trabajadoras que no tengan otro remedio que reducir su jornada o suspenderla por completo para atender a sus familiares, el Colegio de Economistas se ha centrado en cómo se puede actuar para preservar de la mejor forma el adecuado desempeño del capital humano en unas circunstancias tan excepcionales.
"Habría que valorar la posibilidad, siempre dentro de la excepcionalidad, de poder acumular las horas de trabajo en un menor número de jornadas", se plantea en un comunicado distribuido este miércoles por el órgano que aglutina a los economistas españoles. La idea de fondo es concentrar "en tres o cuatro jornadas" el horario semanal estándar de unas 40 horas para hacer compatible las necesidades de las empresas de mantener su actividad con las necesidades de los trabajadores de atender a sus familiares por el cierre de los centros escolares y de la tercera edad.
De fondo, la impresión -compartida por algunas fuentes del mundo empresarial- de que la flexibilización del uso del teletrabajo dictada desde el Gobierno puede no responder tanto a una política de prevención de eventuales contagios en el contexto del centro de trabajo como a una estrategia para resolver bajo cuerda la complicada ecuación que para muchas familias significa el hecho de no poder llevar a sus hijos al colegio o a sus familiares de mayor edad a la residencia de día.
Piden comprensión al Ministerio de Trabajo
La propuesta forma parte de un paquete de recomendaciones para contener la dimensión económica y laboral de la crisis del 'coronavirus' emitido este miércoles por el Colegio General de Economistas de España y en el que también se insta a la Autoridad Laboral, y en concreto a la Inspección de Trabajo, a relajar el control sobre el cumplimiento del 'registro de jornada' aprobado hace ahora un año sobre el bien entendido de que la situación de alerta sanitaria va a exigir un mayor umbral de flexibilidad en las empresas y "por la dificultad que supone controlar el tiempo de trabajo en esta situación".
Otras medidas que plantean los economistas son disponer un canal de ayudas para pymes y autónomos de modo que todas aquellas que no tienen esos medios puedan habilitar la posibilidad del teletrabajo, y evitar así una paralización de su actividad; el aplazamiento del pago de impuestos y cotizaciones sociales; y también, por parte de las empresas, la realización de planes de contingencia para adaptarse a lo que venga.
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