Beirut, 5 jun.- El ministro libanés de Finanzas, Ali Hasan Jalil, reveló hoy que el gobierno prevé que el déficit presupuestario en 2014 llegue a los 7.670 millones de dólares, un 34,9 % del PIB, superior al del año pasado.
Este pequeño país árabe atraviesa una profunda crisis económica debido al conflicto en la vecina Siria, que ha provocado un descenso de las exportaciones, la llegada de un millón de refugiados y numerosos problemas internos de seguridad.
Jalil afirmó en una entrevista al periódico libanés As Safir que es "una necesidad urgente controlar los gastos del Estado".
Las previsiones de déficit no incluyen de hecho el proyecto controvertido del alza salarial, exigido por los sindicatos que se manifiestan desde hace meses, según el ministro.
En 2013, el déficit alcanzó los 6.159 millones de dólares, un 26 % del PIB libanés.
Las agencias Fitch, Standard & Poor's (S&P) y Moody's rebajaron la calificación del Líbano en 2013, citando la incertidumbre política, los efectos colaterales del conflicto sirio en la economía y las perspectivas de crecimiento lento.
La calificación crediticia de Fitch para el Líbano fue B, la de S&P de B- y la de Fitch B1, todas ellas con perspectiva negativa.
A la situación incierta del Líbano se suma la crisis siria, que según el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, ha costado al país 7.500 millones de dólares hasta el verano de 2013.
El PIB libanés retrocedió un 2,9 % al año entre 2012 y 2014, mientras que la tasa de paro supera hoy el 20 % de la población.
Según el último informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el Líbano cobija a 1.092.000 sirios, sin contar los trabajadores inscritos en el país antes del inicio del conflicto en 2011.
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