Manifestaciones contra la troika y la austeridad el sábado por todo Portugal

  • La troika, que concedió y hace cumplir a rajatabla el rescate financiero de Portugal, y las medidas de austeridad del Ejecutivo luso se han convertido en el blanco de decenas de manifestaciones convocadas este sábado por todo el país.

Lisboa, 14 sep.- La troika, que concedió y hace cumplir a rajatabla el rescate financiero de Portugal, y las medidas de austeridad del Ejecutivo luso se han convertido en el blanco de decenas de manifestaciones convocadas este sábado por todo el país.

Con el lema "Que se lixe a troika" ("Que se fastidie la troika", en la traducción más educada) las protestas han aglutinado a decenas de miles de seguidores en las redes sociales y el apoyo de los "indignados" lusos y otros movimientos cívicos y sindicales.

Además de estar formalmente dedicadas a los prestamistas internacionales de Portugal, las manifestaciones del sábado buscan mostrar al Gobierno, según los organizadores, el gran descontento de los portugueses con sus últimas medidas de austeridad.

Esta reacción popular es la primera muestra de descontento social que se verá en el país tras el anuncio de los polémicos recortes salariales de los últimos días y el tajante rechazo que han causado en la oposición, los sindicatos e incluso en la patronal y entre figuras de la coalición conservadora en el poder.

La mayor central sindical lusa, la Confederación General de Trabajadores de Portugal, ha convocado también una jornada de lucha el día 29 de este mes, y tanto esta organización como la Unión General de Trabajadores (UGT, segunda en afiliados) estudian la convocatoria de una tercera huelga general contra el Ejecutivo.

Las principales manifestaciones de mañana tendrán lugar en Oporto y Lisboa, donde recorrerán algunas de las calles más céntricas hasta desembocar, en el caso de la capital, en la neurálgica Plaza de España.

Los convocantes confían en mejorar la participación de otras protestas anteriores y recuperar el éxito de la celebrada el 12 de marzo de 2011, cuando ya se vivían los efectos de la crisis pero Portugal aún no había solicitado el rescate.

Aquel día, cientos de miles de personas se echaron a la calle para mostrar su descontento con los ajustes aprobados por el Ejecutivo socialista de José Sócrates, en una iniciativa que adquirió una magnitud inesperada y supuso el primer antecedente del movimiento de los "indignados" en Portugal.

Desde entonces, la crisis social se ha agravado con las medidas exigidas por los problemas económicos lusos y el rescate de 78.000 millones de euros que la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional concedieron a Lisboa en abril de 2011.

El actual Ejecutivo conservador, que ganó las elecciones anticipadas celebradas un mes después, convirtió en su primera prioridad el cumplimiento de la política de austeridad exigida por la troika.

Las últimas medidas anunciadas por el primer ministro, Pedro Passos Coehlo, el pasado viernes incluyen una subida de siete puntos porcentuales en las contribuciones a la Seguridad Social que pagan los trabajadores y una rebaja de casi seis puntos en las que corresponden a los empresarios, lo cual ha desencadenado una palpable indignación en la sociedad lusa.

En la red social "Facebook", cerca de 50.000 personas han manifestado su intención de acudir a las protestas de mañana, a las que también se sumarán dirigentes sindicales y diputados del Partido Socialista, el Partido Comunista y el Bloque de Izquierda, las tres fuerzas de la oposición parlamentaria.

Desde la CGTP (de orientación comunista), se vertieron hoy duras críticas contra el primer ministro por considerar que carece de contacto con la realidad.

"Me recuerda a 'Alicia en el país de las maravillas'", aseveró su secretario general, Arménio Carlos, en declaraciones a la prensa lusa después de que Passos Coelho haya rechazado dar marcha atrás en las medidas de austeridad.

El principal partido de la oposición, el Socialista, que también firmó el rescate con la troika, refrendó hoy la decisión ya anunciada de votar en contra de los Presupuestos Generales de 2013 si no se retiran las últimas medidas, aunque el Ejecutivo no necesita sus votos porque cuenta con mayoría absoluta.

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