La jornada intensiva da buenos resultados, pero su implantación en España es aún difícil

  • Las empresas que se han adaptado han mejorado su productividad, pero para las empresas pequeñas el cambio es complicado. Acortar los horarios repercute positivamente en el humor de los trabajadores, al permitirles conciliar mejor la vida laboral con la personal.
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La jornada intensiva o jornada continua supone acortar el horario de trabajo considerado normal en España. Dicho cambio supone eliminar el descanso para comer, adelantando la hora de entrada y retrasando el de salida. De esta forma, los trabajadores entrarían entre las 7 y las 8 de la mañana, para terminar entre las 14 y las 15 horas.

No existe una norma fija que establezca cuándo se ha de empezar a aplicar este horario. Hay empresas más 'generosas' que lo establecen el máximo tiempo posible -del 15 de junio al 15 de septiembre-. En general, puede decirse que suele comenzar a mediados o finales de junio hasta finales de agosto, pero la decisión compete únicamente a la empresa.

El origen de este cambio de horario estriba en la dificultad de trabajar con las altas temperaturas que alcanzan nuestros termómetros en la época estival. No obstante, a pesar de la llegada del aire acondicionado se siguió aplicando para permitir una mejor conciliación de la vida laboral y personal, al coincidir con las vacaciones escolares.

Y es que es el verdadero objetivo de esta jornada de trabajo es beneficiar al empleado, puesto que al beneficiarle a él se beneficia también a la empresa. Sin embargo, en España la jornada intensiva no está muy extendida por varios motivos. "Aquí existe una cultura presencialista en el trabajo, lo cual implica que necesitamos estar una serie de horas en la oficina" revela Ramón Egea, Manager de Recursos Humanos de jobandtalent.

Un segundo factor que dificulta la aplicación de este 'horario europeizado' es la mayor presencia en nuestro país de pequeñas y medianas empresas, respecto a las empresas grandes, con miles de trabajadores.

El mercado español está compuesto sobre todo por PYMES y pequeños comerciantes, lo que hace muy complicado la implantacion de estos sistemas, por la carencia de los mecanismos adecuados para ello, pues cuantos más trabajadores tiene una corporación, más gente podrá trabajar en el mismo proyecto.

Otra dificultad añadida que tienen las PYMES, es que al tener distintos tipos de trabajadores ( y por tanto con distintos horarios), sólo una parte de ellos podrían aplicar la jornada de verano. Por lo tanto, habría que decirles a unos que sí y a otros que no, y esto podría desencadenar conflictos.Los empleados públicos están más contentos con sus horarios

Según la última encuesta sobre trabajo y conciliación realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), uno de cada tres españoles no puede adecuar su vida laboral con su vida familiar y social. En el caso del sector público, donde la jornada continua es la tónica dominante, las cifras mejoran. Un 80% de los empleados públicos se encuentran satisfechos con su horario de trabajo.

La misma encuesta concluye que dos de cada tres españoles cree imposible realizar una brillante carrera profesional sin renunciar a cuestiones personales o familiares. Curiosamente, son los autónomos el sector más optimista, un 44% no considera necesario prescindir de aspectos personales para desarrollar un proyecto laboral de calidad.

La insatisfacción del trabajador con sus horarios aumenta cuando salen de trabajar después de las 18:00 horas.

¿Cuál es el horario ideal para los españoles? La mayoría prefiere tardar poco en llegar al lugar de trabajo y entrar pronto a su puesto, antes de las 08:00 y salir alrededor de las 16:00 horas. Durante ese período, los empleados optarían por no hacer descanso para comer y en el caso de realizar este parón, apuestan por una duración menor a la media hora.

La realidad es bien distinta. De media, los empleados españoles duermen siete horas, tardan 22 minutos desde que salen de casa hasta que llegan a su lugar de trabajo. El retrato robot de la jornada laboral en nuestro país, también incluye 40 horas dedicadas semanalmente a trabajar, incluidas los fines de semana en numerosos casos.

En la jornada continua también hay descansos

Aunque se trabaje con jornada continua, los trabajadores tienen derecho a un descanso. El Estatuto de los Trabajadores contempla como mínimo 15 minutos de parón a las cuatro horas y media de iniciarse el turno, 30 minutos si el empleado es menor de edad. El objetivo es "romper la permanencia al esfuerzo laboral y proporcionar un tiempo libre" al trabajador. El tiempo y el momento en el que se produzca ese descanso es decisión exclusiva del empresario.

Algunas empresas como Iberdrola han ido un paso más allá implantando la jornada continua durante todo el año. En la actualidad, unos 9.000 empleados de esta empresa disfrutan de un régimen horario de 7:15 a 15:30, con unos minutos de margen en la hora de entrada y salida.

Esta Política de Conciliación de la Vida Personal y Laboral e Igualdad de Oportunidades de Iberdrola ha hecho que la empresa gane 500.000 horas de productividad, reduciendo los índices de absentismo en un 10% y accidentalidad en un 60% y convirtiéndo a la empresa en un claro ejemplo de éxito de este cambio de horarios. Uno de cada cuatro accidentes laborales que se producían en Iberdrola tenía lugar por la tarde.

Desde jobandtalent, resaltan que si las empresas más pequeñas no aplican este sistema, habitualmente no es porque no quieran, sino porque no tienen los medios para hacerlo obteniendo los mismos resultados que si no los aplicasen. En definitiva, esta "es una medida destinada a fortalecer la relación del empleado con la empresa", algo sumamente interesante para cualquier corporación.El horario intensivo ya es mayoritario en el colegio

La jornada continua en los centros educativos de primaria, es decir, con clases hasta las 14:00 horas, hace años que desvancó a la jornada partida. Ésta es aquella en la que los niños hacen un parón para comer y se incorporan nuevamente por la tarde.

El aumento de esta opción de horarios ha experimentado un incremento muy considerable. En 2009, sólo el 47% de los colegios españoles la habían adoptado. Desde el curso pasado ya suponen el 62% de los centros escolares públicos, y con tendencia ascendente.

Por Comunidades Autónomas, encabezan la lista Castilla y León y Castilla-La Mancha, con el 100% de sus escuelas públicas que terminan la clase al medio día. Le siguen Galicia con el 98% y La Rioja con el 84%. En la Comunidad de Madrid se deja votar a los padres cuál es la opción que más desean. La última autonomía en sumarse a la jornada continua ha sido Aragón, aunque no definitivamente. El gobierno maño ha puesto en marcha una experiencia de prueba para comprobar cuáles son los resultados del cambio, y con ellos sobre la mesa, decidir qué hacer en el futuro.

Cataluña, Euskadi y Navarra son las únicas Comunidades Autónomas en las que la jornada intensiva se encuentra en minoría.

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