El reciente despido de Melissa Barrera de la saga 'Scream' por expresar opiniones políticas en sus redes sociales ha suscitado un intenso debate sobre la libertad de expresión en el ámbito laboral y su relación con las ideas políticas. Hasta el punto de que su compañera de reparto, Jenna Ortega -más conocida por su papel protagonista en la serie ‘Miércoles’-, ha decidido abandonar el proyecto tras conocerse su despido.
La razón alegada por la productora -Spyglass- es la naturaleza de sus comentarios en redes sociales respecto al conflicto israelí-palestino, que la compañía consideró antisemitas e incitadores al odio. Barrera había calificado a Israel como una "tierra colonizada" y sugirió un control judío sobre Hollywood y los medios occidentales en general, lo que desencadenó su despido..
Tras su despido, Barrera publicó un post en Instagram manifestando su preferencia por ser excluida por sus inclusividades, en vez de ser incluida por sus exclusiones. Este caso, junto al de otras figuras como Susan Sarandon, quien también se enfrenta a posibles represalias por sus opiniones pro-Palestina, ha levantado la cuestión sobre una posible "lista negra" en Hollywood para aquellos que expresan ciertas opiniones políticas
¿Te pueden despedir por tus ideas políticas? Lo que dice la ley
En España, el derecho laboral ofrece protecciones significativas contra los despidos por motivos de discriminación, incluidas las ideas políticas. El Estatuto de los Trabajadores y la Ley de Procedimiento Laboral clasifican como nulo cualquier despido basado en la discriminación o la violación de los derechos fundamentales y libertades públicas del trabajador. Esto significa que, en un contexto español, el despido de Barrera podría haber sido considerado ilegal.
Aunque no existen estadísticas específicas sobre despidos por discriminación política en España, sabemos que la discriminación en el ámbito laboral es un problema persistente. Un dato relevante es que solo un 18,2% de las personas que han sufrido discriminación han presentado una denuncia. Esto indica que muchos casos de discriminación, incluidos aquellos derivados de la ideología política personal, pueden estar quedándose fuera de las demandas por despido nulo.
¿Deben las empresas controlar la opinión de su plantilla?
En otros países, como Estados Unidos, donde ocurrió el caso de Barrera, la situación es diferente. Las leyes laborales varían significativamente, y en muchos casos, la libertad de expresión de los empleados puede estar más restringida, especialmente cuando se percibe que las opiniones expresadas afectan la imagen o los intereses de la empresa.
El despido de Barrera plantea preguntas fundamentales sobre los límites de la libertad de expresión en el ámbito laboral. ¿Hasta qué punto pueden las empresas regular las opiniones políticas de sus empleados? ¿Dónde se traza la línea entre la libertad de expresión y el discurso que puede considerarse ofensivo o dañino?
Este tipo de casos también tiene un impacto significativo en la cultura corporativa, ya que las empresas pueden verse presionadas a tomar posturas en temas políticos o sociales, lo que a su vez puede influir en sus políticas de empleo y en la percepción pública de la marca.
