Merkel llega a la cumbre europea con una de cal y otra de arena para España

  • La canciller alemana, Angela Merkel, llega mañana a la cumbre de Bruselas con una de cal y otra de arena para España: un sí a un eventual rescate "virtual" para Madrid, y un no definitivo a la recapitalización directa de la banca nacional.

Juan Palop

Berlín, 17 oct.- La canciller alemana, Angela Merkel, llega mañana a la cumbre de Bruselas con una de cal y otra de arena para España: un sí a un eventual rescate "virtual" para Madrid, y un no definitivo a la recapitalización directa de la banca nacional.

Así se puede resumir la estrategia del Gobierno alemán para con España, la cuarta economía de la eurozona, que aunque oficialmente no es uno de los puntos del Consejo Europeo que arranca mañana, es sin duda uno de los asuntos a debate.

El Ejecutivo de centro-derecha de Merkel ha pasado de reiterar a través de su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, que España no precisa un rescate al silencio, y luego, a alentar, a través de declaraciones de segundos espadas, para que Madrid solicite la ayuda del fondo permanente de rescate.

La intervención del llamado Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) sería sólo "virtual", confían en Alemania, ya que la petición por parte de Madrid desencadenaría la actuación del Banco Central Europeo (BCE) en el mercado secundario, lo que reduciría sensiblemente la prima de riesgo española.

Esto, en principio, bastaría a Madrid -que vería caer sus costes de financiación y no precisaría pedir una línea de crédito al MEDE- y satisfaría a Berlín, que con elecciones generales a un año vista prefiere no tener que acudir al Bundestag (Cámara baja) para aprobar nuevos rescates con dinero de sus contribuyentes.

No obstante, el Gobierno alemán, oficialmente, ni apoya ni reprueba un posible rescate "virtual" para España, alegando que esa decisión incumbe exclusivamente a Madrid, aunque lo habitual en estos casos son las consultas multilaterales previas.

Los contactos de los ministerios competentes de Alemania y España son, eso sí, diarios e intensos, reconocieron hoy fuentes gubernamentales germanas.

Lo inevitable, agregaron estas fuentes, es que, si se solicita la intervención financiera del MEDE, se fije, tras una negociación con el Estado miembro afectado, un programa de reformas y ajustes al país perceptor.

Sin embargo, Berlín sigue mostrándose inflexible ante la posibilidad de que el fondo permanente de rescate pueda inyectar dinero directamente en los bancos españoles (e irlandeses), una pretensión del Gobierno español (y del irlandés).

El Ejecutivo del presidente español, Mariano Rajoy, buscaba abrir esta vía -entreabierta en la pasada cumbre europea- porque así la ayuda financiera a la banca no computaría como déficit y deuda, dañando las ya atribuladas cuentas públicas españolas.

Pero Alemania, preocupada por la devolución de su aportación, se ha aliado con Finlandia y Holanda para que esta opción no prospere y que la recapitalización directa sólo sea posible para las deudas que contraiga la banca a partir de la puesta en marcha del supervisor bancario común, previsiblemente en 2014.

Berlín está además estudiando otras opciones para dulcificar las consecuencias de sus recetas de estricta austeridad en los países más afectados por la crisis, como Grecia, Portugal y España.

Así, Merkel podría estar barajando conceder dos años más a Atenas para acometer sus reformas -aunque se niegue oficialmente hasta el final- y algunos medios apuntan a que estaría dispuesta a apoyar que se conceda también más tiempo a Portugal y España para cumplir con los límites de déficit impuestos por Bruselas.

A este respecto, la canciller recibió la semana pasada un informe de los principales institutos económicos alemanes en el que se da por sentado que ninguna de estas tres economías logrará reducir el endeudamiento tanto como les exige la Comisión Europea.

Asimismo, la canciller dejó entrever ayer que la recaudación del futuro impuesto a las transacciones financieras -que impulsaron Alemania y Francia y que apoyan once países, entre ellos, España, Italia, Grecia y Portugal- podría emplearse para "apoyar" a los más castigados por la crisis.

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