En el año 2013, Fagor, el buque insignia del Grupo Mondragón, quebró. Otra de las empresas del holding cooperativo, Eroski, también pasaba dificultades debido a un crecimiento inoportuno por toda España en plena crisis y tuvo que empezar un repliegue a sus cuarteles de invierno, el País Vasco. El Grupo Mondragón, creado por el padre José María Arizmendiarrieta a mediados de los cincuenta, dejó caer a la empresa de electrodomésticos después de que el resto de cooperativas del grupo le hubieran inyectado 300 millones de euros.
Hubo que recolocar a los 1.800 trabajadores de Fagor, la mayoría socios cooperativistas, y muchos vieron en esta quiebra (pese a que Fagor, que hoy en día se llama Fagor Ederlan y se dedica al montaje de cocinas industriales, ya solo representaba el 8% de la cifra de negocio) el principio del fin de un grupo que había funcionado con éxito durante 60 años basado en una relaciones laborales cooperativas, solidarias y con un reparto de beneficios equitativo.
Siete años después del tsunami que para el mayor grupo cooperativo industrial del mundo supuso la quiebra de Fagor, el propio holding cuenta cómo el mismo día 13 de marzo en el que España entraba en estado de alarma, Carlos Arsuaga, director general de Bexen Medical, y Luis Mari Imaz, director general de Mondragon Assembly, recibían la llamada de la directora de la Agencia Española del Medicamento, María Jesús Llamas, con una propuesta: producir, en el menor tiempo posible, la mayor cantidad de mascarillas quirúrgicas posibles.
"Ambas cooperativas se pusieron manos a la obra, Bexen Medical desde su conocimiento de la producción de mascarillas, y Mondragon Assembly con todo su bagaje en la producción de máquinas capaces de hacer dichas mascarillas". De esta manera, el proyecto ya está en marcha y Bexen Medical (Oiarso S.Coop.) se convertirá en la planta fabril de mascarillas más importante del Estado, produciendo 60 millones de mascarillas del tipo del tipo quirúrgico 2R, de tres capas, de un solo uso y que dentro de las quirúrgicas son las de mayor seguridad, ya que ofrecen un nivel del 98% de protección.
Entretanto, el pasado 17 de abril un avión militar descargó en la base de Torrejón de Ardoz las cuatro máquinas, diseñadas y montadas por Mondragon Assembly China, que comenzaron a diseñarse el 16 de marzo, de las cuatro líneas encargadas por el Ministerio de Industria Comercio y Turismo. Tres se trasladaron a las instalaciones de la cooperativa Cikautxo en Etxebarria (Vizcaya), a una sala blanca acondicionada convenientemente, y donde Bexen Medical, cooperativa con experiencia en la producción de material sanitario hospitalario, será la encargada de la fabricación de las mascarillas. La cuarta se ha instalado en la farmacia militar del Ministerio de Defensa, en Burgos, y será operada por personal del centro.
Un equipo de técnicos de Mondragon Assembly se ocupa de hacer el montaje y la puesta a punto de forma simultánea en ambas ubicaciones para iniciar cuanto antes la producción de las mascarillas, que comenzará en breves días. El Grupo Mondragón estima una inversión de 1,2 millones de euros en el proyecto y la generación de 20 puestos de trabajo en un proyecto que pretende "abastecer el mercado nacional sin dependencia de proveedores exteriores, garantizando el suministro y a un coste fijo inferior al de importación".
Igualmente, otra empresa del grupo, ULMA Packaging, colabora en el proyecto SPAIN (Sistema Presurizado Antiséptico Industrial y Neutro) para el reciclaje de mascarillas para uso sanitario "con la aportación de una máquina envolvedora de flow pack FM 205, que se ha adaptado para el envasado hermético de mascarillas". La división Mondragon Heatlh, que engloba desde 2015 a todas las empresas del grupo del segmento sanitario y salud, factura anualmente más de 100 millones de euros.
Pero el Grupo Mondragón era en 2013 mucho más que lavadoras o frigoríficos y en 2020 es mucho más que mascarillas. Es un holding de 264 entidades (98 cooperativas, 143 sociedades filiales, 7 fundaciones, una mutua -Lagun Aro-, 10 entidades de cobertura y 7 de servicios internacionales), con 15 centros de I+D+i, con presencia en 41 países y ventas en 150, que emplea a 81.837 personas (un 40% cooperativistas), factura 12.215 millones al año y tiene un Ebitda (beneficios antes de impuestos) de 1.031 millones de euros. Igualmente, su caja de ahorros, Laboral Kutxa, de las pocas que quedan ya en España, dispone de unos recursos intermediados de 21.014 millones y la mutua de seguros Lagun Aro de 6.477 millones. La división industrial del grupo es el mayor grupo cooperativo industrial del mundo.
LKS, ULMA, Eroski, Caprabo, Ausolan, Sei, Orbea, Abac, Cikautxo, Laboral Kutxa, Lagun Aro, Basque Culinary Centre, Mondragon Unibertsitatea (con más de 10.000 alumnos)... Productos industriales, armas, componentes para el automóvil, informática, ingeniería, gastronomía, restauración para colectividades, supermercados, un banco, seguros, mutuas, educación.... Todo eso y más es este holding que conforman un conjunto de industrias y cooperativas nacidas en un pueblo de poco más de 20.000 habitantes de un valle profundo de Guipúzcoa, el alto Deba, que hoy se expande por medio mundo.
Ausolan, por ejemplo, es la primera empresa del sector de la restauración colectiva de capital 100% español. La empresa gestiona el servicio de cocina para colectividades en colegios, empresas, centros sociosanitarios y hospitales. "Los motivos por los que nació la compañía continúan presentes hoy en día con una media de 13.000 personas en la empresa de las cuales, aproximadamente, un 95% son mujeres" y en estos momentos de alerta sanitaria se ha aliado, por ejemplo, con Stuart, para hacer llegar sus menús a domicilios habitados por personas mayores.
Carlos Maza, por ejemplo, es el secretario general de Lagun Aro EPSV, "el sistema de protección social para socios cooperativistas, creado dentro del movimiento cooperativo, cuya misión es proporcionar el régimen de asistencia y previsión social para sus mutualistas (socios de las cooperativas afiliadas) y beneficiarios". Explica cómo desde que la crisis estalló a finales de febrero y sobre todo desde mediados de marzo, Lagun Aro, EPSV ha tomado medidas para que las cooperativas puedan hacer frente a la situación generada: la opción del calendario móvil y el aplazamiento de las cuotas de abril a julio han sido dos de las medidas aplicadas. Y según el secretario general de la cooperativa, "gracias a la gestión realizada por Lagun Aro EPSV durante los últimos años en el ámbito de las inversiones, hoy tenemos mucho más margen para hacer frente a la crisis".
Un entramado empresarial al que el Covid-19, pese a todo, también ha tocado en lo más profundo de sus estructura económica y no ha podido sustraerse a realizar un ERTEs entre sus empresas. La pasada semana, cuando se retomó la actividad económica en España tras un parón de dos semanas, esa actividad, en las cooperativas industriales de la Corporación Mondragón era aún "muy tibia" y se situaba entre el 20% y el 25 %, aunque esta semana ha aumentado considerablemente.
Desde el grupo cooperativo se asegura que en líneas generales, "al margen de las especificidades de cada sector", la actividad es aún "muy tímida" en la mayoría de las fábricas. De hecho, "gran parte del negocio industrial de Mondragón está orientado al sector de la automoción, que todavía está al ralentí en muchos países, particularmente en Europa, con muchas plantas cerradas". Pero, por el contrario, y como empresa global que ya es, el grupo explica que en China el funcionamiento de las plantas del grupo "ha vuelto a la normalidad" y de ahí que se hayan podido fabricar las cuatro máquinas que fabricarán 60 millones de mascarillas para España. Es la potencia cooperativa del Grupo Mondragón.
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