Osuna toma el mando y tendrá la última palabra en los grandes contratos de OHL

  • El Consejo de Administración asumirá la decisión sobre si presentarse o no a las licitaciones de mayor entidad para evitar nuevos proyectos fallidos
Imagen del Proyecto Marmaray
Imagen del Proyecto Marmaray

"Tenemos la obligación de aprender del pasado para no volver a caer en una situación así". Al presidente de OHL, Juan Villar Mir de Fuentes, no le quedó más remedio que acudir al argumento de las lecciones aprendidas para dirigir hacia el futuro la mirada de unos accionistas e inversores que este miércoles no dejaron de recibir noticias inquietantes sobre el presente de la constructora. Empezando por las pérdidas de 145 millones de euros con las que la sociedad cerró el primer trimestre del año y continuando con el anuncio de que la compañía tendrá que realizar nuevos recortes y desinversiones que reducirán hasta en una tercera parte su actual facturación para alcanzar el tamaño que la actual Dirección considera óptimo para empezar de nuevo, para reconstruir una nueva OHL.

Primera lección aprendida: ser más selectivos en los grandes concursos de infraestructuras a los que concurre la compañía. OHL tiene razones poderosas para cambiar su política comercial. Los denominados 'proyectos legacy', grandes contratos de construcción ganados en costosas pujas internacionales y que luego han resultado no ser rentables para la compañía, han desempeñado un papel central en el deterioro del balance de la compañía, que en el año 2016 entró en números rojos tras admitir unas pérdidas de 696,6 millones a cuenta de estos proyectos.

La nueva cúpula directiva de OHL, bajo la batuta del consejero delegado, Juan Osuna, no está dispuesta a que esta situación se repita y ha activado un nuevo sistema de control de riesgos sobre las licitaciones, que, entre otras cautelas, obligará a someter a la consideración previa del Consejo de Administración la decisión de concurrir a licitaciones de proyectos que por su magnitud o por cualquier otra consideración sean identificados como de especial riesgo para la compañía.

Consultada por La Información, OHL no ha terminado de precisar los parámetros que se utilizarán para determinar qué clase de proyectos deberán contar con el 'ok' previo del Consejo de Administración, pero el propio Juan Osuna aclaró en una presentación a inversores que la compañía no concurrirá a grandes concursos sin el conocimiento previo del Consejo. "Se acabó eso de que cualquier director pueda decidir sobre las licitaciones a las que se presenta OHL", recalcó. 

"La estrategia de expandir y diversificar nuestra cartera de contratos ha derivado en unos gastos de estructura insostenibles y es la que nos ha llevado hasta aquí", explicó Osuna en la presentación del Plan Estratégico de OHL para el periodo 2018-2020. A partir de ya mismo, la sociedad se centrará en construir y en promover concesiones, olvidándose de gestionarlas, de desarrollar plataformas industriales o de buscar ingresos extra en el negocio inmobiliario. Las otras líneas rojas tendrán que ver con el alcance geográfico de su radio de acción: Europa, Estados Unidos y Latinoamérica son los mercados de OHL, fuera de esos mercados la firma de los Villar Mir no competirá.

El control jerárquico de las 'licitaciones estratégicas' no será la única novedad que introducirá el nuevo sistema de control de la compañía, Osuna también ha avanzado que habrá líneas rojas que la sociedad no podrá traspasar en ningún caso para garantizar que la cartera de contratos se caracterice por la rentabilidad, no como en el pasado. 

Socios financieros para minimizar los riesgos

Juan Osuna parece tener muy claro que el mercado ofrece a OHL las condiciones idóneas para no tener que correr grandes riesgos en el segmento de promoción de infraestructuras. El plan de la compañía es ofrecer al mercado su 'expertise' como constructor y que el apetito inversor y el poderío de los fondos especializados en infraestructuras haga el resto. 

En virtud del plan trazado por Osuna, OHL buscará sociedades con fondos de inversión en las que tomará una participación más o menos minoritaria en condición de promotor y una vez finalizada la obra y cumplido su cometido 'colocará' su participación en el vehículo al fondo. El CEO de la constructora trasladó a los inversores no sólo que este esquema se puede desarrollar de una forma sencilla - dadas las capacidades de OHL- en las actuales condiciones de mercado, sino que también la compañía podrá financiar su participación en estos proyectos con los márgenes obtenidos en otras obras previas.

Si Osuna está en lo cierto, en cuestión de tres años OHL podría estar presentando un Ebitda del 8% y una capacidad de generación de caja de entre el 70% y el 80%, y cumpliendo el objetivo de ser una empresa más pequeña, pero más saneada y más rentable.

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