Una larga sequía 

El excepcional calor y la escasez de lluvias de 2023 lastran la temporada de trufa

En la principal región productora, Teruel, la Asociación de Recolectores y cultivadores de Trufa (ATRUTER) habla de una merma en la producción del 40%, mientras que en Aragón calculan que ha sido de hasta un 35% menos. 

El excepcional calor y la escasez de lluvias de 2023 lastran la temporada de trufa
El excepcional calor y la escasez de lluvias de 2023 lastran la temporada de trufa
Europa Press

Es un producto gourmet en muchos países de nuestro entorno como Francia, Italia y Alemania, aunque este delicioso hongo es cada vez más apreciado en España. La campaña de la trufa (negra), que es la que se produce de forma mayoritaria en explotaciones agrícolas frente al cultivo silvestre ya minoritario, se encuentra en su ecuador (comenzó en noviembre y finalizará el próximo mes de marzo) y si bien la calidad se mantiene, el clima extremo vivido el año pasado ha mermado su producción. 

Hay un cierto sabor agridulce en la principal región productora de la trufa negra, la provincia de Teruel. Según datos recogidos por el medio local 'Diaro de Teruel' el año 2022 se cerró con una facturación 17,43 millones de euros sobre un total a nivel español de 37,21 millones (el 46,8%). Entre enero y mayo del año pasado, los datos más recientes, ya se habían generado 10,47 millones de ingresos solo en Teruel hasta un total de 21,87 millones de euros en el conjunto del país. "Ya tuvimos un año muy caluroso y seco en 2022, con pocas lluvias en la provincia de Teruel. El año pasado de igual modo no hemos visto agua en muchos meses", apuntan desde la Asociación de Recolectores y cultivadores de Trufa de la Provincia de Teruel (ATRUTER) donde destacan "el calor tan acusado" padecido en verano. 

En este sentido, señalan que todo lo anterior supone una problemática importante para el cotizado hongo y estiman que "puede haber hasta un 40% menos que el año pasado". Todo ello, en una región productora donde el sector se encuentra muy profesionalizado y dedica hasta 14.000 hectáreas al cultivo de trufas con un perfil variado de explotaciones de diferente tamaño desde la media hectárea al centenar. "Solo en Sarrión hay unas 270 personas con plantaciones", afirman desde ATRUTER. La asociación que agrupa a los trificultores de Teruel está a punto de dar un paso decisivo hacia la profesionalización del sector y la obtención de un sello de calidad propio. 

"Nos hace falta mucha pedagogía" para usar la trufa 

En concreto ATRUTER está ultimando el envío al Ministerio de Agricultura de los pliegos de condiciones de la futura Indicación Geográfica Protegida (IGP) de la Trufa Negra de Teruel. "Una vez pase por el Gobierno de España se lo rebotarán a Bruselas y estará en exposición pública, por algún país se opusiera, aunque no dice nada extraño", confían desde la representación de los trificultores turolenses. Un producto esencialmente orientado a la exportación pero que en España tiene cada vez más público. "Nos hace falta mucha pedagogía. Francia e Italia son países más acostumbrados, ellos sí que usan la trufa", concluyen desde ATRUTER cuya producción se exporta destinos tan diversos como Francia, Italia, Alemania, Bélgica, Reino Unido, Norteamérica, Oriente Próximo y hasta Australia...

Si cogemos el coche y nos dirigimos hacia el norte, a la provincia vecina de Zaragoza, llegaremos al hogar de la 'Trufa Negra de Aragón'.  El presidente de Trificultores Asociados de las Comarcas de Zaragoza (TRUZARFA), Jesús López, asegura que  también vende en el exterior el 90% de la trufa negra local especialmente a Estados Unidos, Reino Unido y Alemania. En este sentido, lamenta que "el calor excesivo" haya generado una merma de entre el 30 y 35% en la producción a lo que se suma otro 2022 para olvidar con similares pérdidas. López no oculta, en cambio, su satisfacción porque los productores locales hayan diversificado sus destinos de exportación. "Cada vez hay más trificultores individuales que venden fuera del circuito francés", apunta este trificultor que este año ha recogido unos 400 kg de trufa. 

La 'oasis' soriano

Nunca llueve a gustos de todos, dice el refranero popular. En este caso, para los trificultores sorianos, las lluvias caídas en su provincia en mayo y junio les están salvando la temporada. Esto es lo que asegura el presidente de la Asociación de Recolectores y Cultivadores de Trufa de Soria (ATRUSORIA), José Manuel Pérez, quien califica la temporada actual de "aceptable sin ser extraordinaria".  Esto último, añade el representante de ATRUSORIA, hubiera sido posible  "sin ese calor excesivo con temperaturas de 40º C en la capital". Un cierto alivio frente a la dura campaña anterior, "en la que casi no llovió". La mayoría de esta producción también irá a la exportación, en concreto, especialmente a la vecina Francia. Con unas explotaciones más pequeñas que en Teruel, con una media de entre 5 y 6 hectáreas, acaban de poner en marcha su propia lonja en la localidad de Abejar para impulsar la venta directa y dinamizar el sector. 

Por otra parte, la trufa local ha tenido que padecer las malas formas de un invitado indeseado: el conocido como 'escarabajo de la trufa' (Leiodes cinnamomeus) que "afean el aspecto exterior de la trufa" y disminuyen su tamaño. Pérez reconoce que, a pesar de la buena calidad, el feo aspecto que dejan en el hongo hace imposible su venta al fresco.

Mostrar comentarios