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Los peligros de la inteligencia artificial: las estafas

La inteligencia artificial (IA) supone un avance en muchos ámbitos, pero al mismo tiempo hace que proliferen las estafas que se aprovechan de la tecnología para engañar a sus víctimas.

Inteligencia artificial
Inteligencia artificial
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A lo largo de los años, los ciberdelincuentes han ido utilizando cada vez técnicas y estrategias más sofisticadas para tratar de cometer sus actos ilícitos. Habitualmente recurren a la suplantación de identidad, que es una de las técnicas más usadas y efectivas para tratar de cometer estafas a través de mensajes de texto (SMS), redes sociales, correos electrónicos o a través de aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp.

En los últimos meses, aprovechando el auge de la inteligencia artificial, son cada vez más quienes realizan suplantaciones a través de llamadas telefónicas, ya que gracias a esta tecnología son capaces de poder emular a la perfección la voz de una persona, copiando su tono, tempo y otras características, con el gran peligro que ello supone para los ciudadanos.

Aunque la IA nos ofrece una enorme cantidad de posibilidades en sectores diversos, cuando cae en manos equivocadas el peligro es muy elevado. Su capacidad para poder imitar a personas reales, tanto en audio como en vídeo, hará que a corto plazo pueda llegar a ser complicado distinguir personas reales de quienes no lo son.

Las estafas con IA, difíciles de combatir

Una de las mayores fuentes de preocupación en materia de ciberseguridad con respecto a la inteligencia artificial tiene que ver con los deepfakes, que son reproducciones faciales realizadas a través de un software que hace que el vídeo parezca auténtico, original y real. Aunque existen desde finales de la década de los 90, con el gran desarrollo de la IA de los últimos meses, cada vez ofrecen resultados más realistas, lo que dificulta su detección.

Estos nuevos desarrollos de inteligencia artificial presentan riesgos potenciales en materia de fraude, estafas y robos de identidad, ya que existe un nivel de sofisticación y complejidad que será muy difícil de combatir. De hecho, ahora el balón está en el tejado de las instituciones financieras, bancos, entidades de crédito y otras empresas y negocios que proporcionen servicios financieros, que tendrán que hacer una gran inversión en herramientas antifraude para poder hacer frente a los piratas informáticos.

De igual modo, los propios usuarios deben estar preparados para evitar convertirse en víctima, y para ello es importante tener presentes algunos consejos, como el de siempre tratar de verificar la fuente de esa persona que te solicita determinada información personal o bancaria, de manera que se pueda confirmar que se está hablando con una empresa legítima. En el caso de que se trate de un supuesto particular, siempre será de gran ayuda preguntar por algún hecho en común de ambos o algo que solo sepáis vosotros.

Por otro lado, se debe evitar compartir información sensible, ya que como nos indican las entidades bancarias y similares, estas nunca solicitarán datos personales, contraseñas ni otra información similar por teléfono, correo electrónico ni medios similares. Además, siempre se debe ser precavido y desconfiar de ofertas demasiado buenas para ser ciertas, así como no hacer clic en enlaces sospechosos.

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