
Portugal lo vio claro. En un mundo digitalizado, en el que las oficinas son cada vez menos necesarias, las posibilidades de que haya altos ejecutivos que decidan trasladar su lugar de residencia de forma temporal o incluso permanente hacia un entorno más agradable aumentan exponencialmente. La reflexión desembocó en una reforma fiscal que ha convertido el país vecino en un auténtico paraíso para los ejecutivos del centro y el norte de Europa que no sólo encuentran en Portugal un clima y un modo de vida más agradable, sino también un marco fiscal mucho más beneficioso.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios