El mercado inmobiliario español ha experimentado un año de ajustes y cambios notables, cerrando 2023 con un incremento medio en el valor de las viviendas, tanto nuevas como usadas, de un 5,1%, de acuerdo con los datos recopilados por la tasadora Tinsa. La bajada drástica del euríbor puede animar el próximo año a la compra de viviendas si los hipotecados logran reducir su letra.
En el último trimestre, se ha evidenciado una desaceleración en el crecimiento de los precios residenciales, con un aumento interanual del 4,1%, lo que representa un descenso del 1% en comparación con el trimestre anterior. Este patrón de moderación ha sido una constante a lo largo del año, con incrementos de 5% en el tercer trimestre y 4,9% en el segundo.
Esta tendencia de enfriamiento gradual se alinea con la disminución observada en la demanda de viviendas desde finales de 2022, influenciada en parte por el impacto de la subida de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE). En el contexto de esta ralentización, la vivienda en España ha acumulado un aumento de valor del 38,4% desde sus puntos más bajos, situándose en niveles de precios similares a los del primer trimestre de 2011.
La segunda residencia no pierde el interés
Las áreas costeras han mostrado una tendencia ligeramente distinta, con una desaceleración menos pronunciada en comparación con el promedio nacional. Este fenómeno se atribuye a una demanda más fuerte de segundas residencias, impulsada por compradores con mayor poder adquisitivo y menos susceptibles a los efectos de la inflación y los tipos de interés.
En particular, ciudades como Valencia, Almería, Santa Cruz de Tenerife y Málaga han registrado aumentos notables en los precios, mientras que Madrid y Barcelona también han visto un impulso en el último trimestre.
En cuanto al volumen de compraventas, aunque ha sido menor en 2023 en comparación con 2022, los niveles se mantienen robustos y superiores a los de 2019. Este comportamiento sugiere una estabilización de la demanda alrededor de la media histórica de transacciones.
Además, la expectativa de una inflación más controlada y una estabilización en los tipos de interés podría favorecer el poder adquisitivo de los hogares, influyendo positivamente en la demanda de viviendas y manteniendo los precios estables en un entorno de oferta limitada.
Por regiones, Navarra, Baleares y la Comunidad Valenciana han liderado el incremento en los valores de vivienda, mientras que Murcia y Ceuta presentan los menores crecimientos. Madrid y Cataluña también han registrado incrementos significativos.
