Es muy posible que en alguna ocasión hayas escuchado hablar del término apalancamiento financiero sin tener muy claro en lo que consiste. A grandes rasgos, se trata de una herramienta que se puede utilizar para aumentar las ganancias de una inversión, consistiendo básicamente en endeudarse para financiar una operación. Se trata de una técnica a la que recurren con frecuencia particulares y empresas y que en los últimos años está en auge, aunque no es vehículo de financiación recomendado si estás empezando a invertir, por ejemplo en bolsa.
Su funcionamiento se basa en recurrir a la deuda para así poder invertir más capital del que se dispone gracias al que se pide prestado. Este método tiene como principal característica que es posible realizar una inversión sin tener todo el dinero que se necesita para ello, además de que puede suponer una mayor rentabilidad, y si la operación sale bien, los beneficios crecen.
El método se puede realizar solicitando deuda o mediante derivados financieros, siendo mayor el grado de apalancamiento financiero, cuánta más deuda se utilice. Además, el inversor deberá tener en cuenta los intereses a pagar por el dinero prestado, ya que en algunos casos podría afectar de forma notable y negativa a las ganancias a obtener.
Cuando un inversor decide recurrir a esta técnica lo hace con el objetivo de aumentar la rentabilidad de su inversión, aunque no disponga de mucho capital, si bien, al mismo tiempo está asumiendo el riesgo de que, si pierde dinero, por el propio apalancamiento, sus pérdidas serán mayores.
De esta forma, el balance final de un apalancamiento puede ser considerado positivo, cuando la inversión reporta beneficios; neutro, cuando la rentabilidad obtenida es igual al capital invertido; o negativo, cuando se tienen pérdidas sobre el capital invertido.
Para el cálculo del apalancamiento financiero se recurre habitualmente a la fórmula (Valor de la inversión / Capital propio invertido), de manera que si, por ejemplo, estamos ante un apalancamiento 1:3, significa que, por cada euro invertido de nuestro capital, se estarán invirtiendo realmente tres. Asimismo, si, por ejemplo, aplicamos dicha fórmula a la hora de comprar un inmueble de 60.000 euros en el que hemos invertido 15.000 euros de nuestro capital, nos encontraríamos con un apalancamiento financiero de 1:4.
Ventajas y desventajas del apalancamiento financiero
Como sucede con cualquier otro instrumento de este tipo, el apalancamiento financiero tiene una serie de ventajas y desventajas. Comenzando por las primeras, nos encontramos con que, gracias a él, podemos tener la posibilidad de invertir con capital del que no disponemos, lo que abre las puertas a inversiones más grandes (y también de mayor riesgo), además de que es posible aumentar las ganancias de una inversión, ya que además del capital propio, se invertirá con dinero ajeno.
Sin embargo, esta técnica también ofrece riesgos, siendo la principal desventaja que al recurrir a él las pérdidas se pueden llegar a multiplicar, y dado el caso de que sean muy elevadas, podrían llegar a afectar a tu patrimonio.
