Giro en la negociación

Díaz ofrece un nuevo contrato temporal y limita su uso al 4% en la gran empresa

El último borrador de la reforma laboral incorpora una nueva modalidad de contratación para actividades ocasionales, dentro de las causas de producción, cuya duración no podrá ser superior a tres meses.

Yolanda Díaz
Díaz ofrece un nuevo contrato temporal y limita su uso al 8% en la gran empresa
Europa Press

Giro en la negociación de la reforma laboral. El Gobierno ha introducido cambios relevantes en el último borrador remitido a los agentes sociales, al que ha tenido acceso en primicia La Información. En concreto, se incorpora una nueva causa para firmar un contrato temporal, para la realización de actividades ocasionales, y se limita el uso de esta modalidad en función del tamaño de la empresa, quedando prácticamente en un porcentaje residual para las compañías de mayor tamaño.

Hasta ahora, el borrador planteaba solo dos causas para firmar un contrato temporal: por circunstancias de la producción o sustitución de un trabajador. Pues bien, en el borrador debatido este miércoles se incorpora dentro de las causas de producción "la realización de actividades ocasionales en atención a su naturaleza, aunque tengan carácter previsible y cíclico". En todo caso, y aquí aparece otra novedad importante, se limita el número de este tipo de contrato que las empresas pueden concertar dentro de un año natural, en función del tamaño de la empresa, frente al planteamiento inicial de incorporar un tope del 15% generalizado para el uso de la contratación temporal, que fue rechazado de plano por la CEOE.

El borrador establece la siguiente escala: las empresas de 1 a 5 trabajadores podrán firmar solo un contrato para tareas ocasionales; las de 6 a 10 empleados podrán concertar dos; en las que tengan una plantilla de entre 11 y 30 personas se amplía hasta tres. Y a partir de aquí, en las empresas que cuenten con entre 31 y 100 trabajadores se limita el uso de esta modalidad a un máximo de 5 contratos o el 8% de la plantilla; para las empresas que tengan entre 101 y 500 empleados se fija un tope de 15 contrataciones o el 7% de la plantilla; y para las grandes empresas con más de 500 personas se reduce su uso a 30 contratos o a un máximo del 4% de la plantilla.

Se fija, eso sí, que en el caso de las empresas del sector agrario, que por sus necesidades particulares requieren de un mayor uso de esta modalidad contractual, "el número máximo de contratos a realizar en cada tramo se incrementará en un 50%". Y con carácter general se establece, además, que "en el supuesto de que un puesto de trabajo, entendido como el desarrollo de unas iguales o equivalentes tareas y funciones, sea ocupado con contratos para actividades ocasionales durante más de cinco meses en un año, la persona que lo esté ocupando, o que lo ocupe tras ese periodo, será considerada indefinida".

Duración máxima de tres meses

El texto también establece que cuando el contrato de duración determinada obedezca a circunstancias de la producción, su duración no podrá ser superior a seis meses y excepcionalmente, por convenio colectivo de ámbito sectorial, se podrá ampliar la duración máxima del contrato hasta un año. Así estaba marcado ya en anteriores borradores de la reforma. La novedad que se incorpora aquí es que en los contratos para actividades ocasionales, la duración máxima será de tres meses.

Con estos cambios, que flexibilizan considerablemente la rigidez introducida en materia de contratación temporal en anteriores borradores, el Gobierno busca atraer a la patronal al acuerdo en la recta final de las negociaciones. La reforma tiene que estar lista antes de que acabe el año y los empresarios habían puesto pie en pared precisamente en lo relacionado con las limitaciones a la contratación temporal. El giro se produce después de que la CEOE haya 'plantado' al ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, en el pacto alcanzado con los sindicatos para el Mecanismo de Equidad Intergeneracional de las pensiones.

En el caso del otro asunto que impide en estos momentos el acuerdo, el nuevo mecanismo de flexibilidad interna denominado Red, presentado la semana pasada y rechazado tanto por la patronal como por los sindicatos, el Gobierno ha prometido una nueva propuesta para tratar de acercar posturas. De momento, en este borrador, desaparece el diseño del fondo que se preveía para financiar este mecanismo. Los agentes sociales esperan que ese documento se remita en la reunión que se celebrará del viernes. Sindicatos y empresarios calificaron la semana pasada el Mecanismo Red como una propuesta "intervencionista", "poco flexible" y "farragosa".

Mostrar comentarios