Represalia española es más política que económica, dicen en Argentina

  • La decisión española de limitar las compras de biodiésel argentino e impulsar una retirada de beneficios comerciales que Argentina recibe de la Unión Europea (UE) tiene mayor impacto político que económico para el país sudamericano, dijeron hoy expertos locales y fuentes diplomáticas.

Alejandro Méndez

Buenos Aires, 20 abr.- La decisión española de limitar las compras de biodiésel argentino e impulsar una retirada de beneficios comerciales que Argentina recibe de la Unión Europea (UE) tiene mayor impacto político que económico para el país sudamericano, dijeron hoy expertos locales y fuentes diplomáticas.

La "posible suspensión parcial" de Argentina del sistema generalizado de preferencias, solicitada por el Parlamento Europeo a raíz del proceso de expropiación de acciones de la española Repsol en la petrolera argentina YPF, repercutirá en ventas de productos argentinos por unos 2.400 millones de euros (3.168 millones de dólares), según cálculos comunitarios.

Pero los beneficios aduaneros comunitarios no son tan altos como para que Argentina pueda mantener ese mercado u optar por colocarlos en otros, dijo a Efe el analista Mauricio Claveri, de la consultora argentina Abeceb.

"Es mayor el impacto relativo que tuvo decisión de Estados Unidos de quitarle a Argentina unas preferencias aduaneras que perjudicaron a economías regionales con exportaciones al mercado estadounidense por 400 millones de dólares", remarcó.

Argentina, el mayor productor mundial de biocombustibles, es además un "gran jugador" en el mercado global de alimentos y "no es tan sencillo desplazarlo, porque hay una fuerte demanda" de esos productos, destacó el experto.

Las limitaciones españolas a la importación de biodiésel afecta ventas argentinas por unos 1.000 millones de dólares anuales.

La UE es "compradora neta" de biodiésel y la restricción a Argentina la obligará a importar "mayor cantidad de materia prima" a manera de reemplazo y esto puede encarecer ese combustible en el mercado europeo, apuntó.

El comercio entre Argentina y España alcanzó en 2011 a unos 4.303 millones, lo que ubica al país ibérico como segundo socio comercial de los argentinos en Europa después de Alemania, indicó.

Mientras, el experto Marco Lavagna destacó que España no puede aplicar medidas comerciales de forma directa y unilateral sino que debe hacerlo "en coordinación" con la UE y consideró "poco probable" que el bloque europeo apruebe represalias porque se trata de un recurso aceptado por la Organización Mundial del Comercio (OMC) sólo como "última instancia" en un conflicto.

La retirada de preferencias de la UE "podría significar que Argentina deba pagar unos 150 a 200 millones de dólares adicionales en concepto de aranceles, dependerá de sobre cuáles productos se termine aplicando", apuntó el experto de Ecolatina, consultora fundada por su padre, el exministro de Economía Roberto Lavagna.

Consideró que "habida cuenta de la relación precio y rentabilidad" la limitación al biodiesel "podría significar" para Argentina "la pérdida en su totalidad del mercado europeo".

Claveri consideró en cambio que esto está lejos de ocurrir y destacó que la comercialización de alimentos está en manos de grandes multinacionales que rápidamente encuentran dónde colocar su mercancía.

La UE ha dicho a España que "no puede imponer restricciones bilaterales a la entrada de productos argentinos, porque violaría las normas del mercado interior europeo", apuntó a su vez Pablo Andreani, de la consultora agrícola AgriPac.

A Marco Lavagna le pareció "quizás más importante" el impacto que puede haber en el flujo de inversiones extranjeras a causa de que a "un clima de negocios enrarecido, con una fuga de capitales preocupante, se suma ahora un factor crítico que deteriora aún mas esta situación".

España es el primer inversor extranjero en Argentina, con activos que superan los 23.240 millones de dólares y jugadores de peso -como Telefónica, Gas Natural Fenosa, Endesa, BBVA, Santander, Indra y ACS, además de Repsol- en sectores clave como la banca, telecomunicaciones, infraestructura y energía, entre otros.

A fines de 2010, China esgrimió cuestiones sanitarias para restringir la compra de aceite de soja de Argentina, que rápidamente colocó el cupo perdido en otros países, recordó Claveri.

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