Roma celebra conferencia internacional sobre Libia

  • Italia y Estados Unidos presiden el domingo en Roma una conferencia internacional de un día para intentar acelerar la formación de un gobierno de unidad en Libia, donde el caos fomenta la expansión del grupo yihadista Estado Islámico (EI).

El objetivo de la conferencia es dar un "impulso, posiblemente decisivo, para que se llegue a un acuerdo para la formación de un gobierno de unidad nacional" en Libia, bajo la égida de la ONU.

Desde la caída en 2011 del régimen de Muamar Gadafi, propiciada por una operación militar en la que participaron países como Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña, Libia está sumida en el caos, dividida en facciones que luchan por el control del país y apoyadas por grupos islamistas, señores de la guerra, líderes tribales y contrabandistas de petróleo, armas, personas y drogas.

A la conferencia, a nivel ministerial, asisten los jefes de la diplomacia estadounidense y rusa, John Kerry y Serguei Lavrov.

Igualmente asistirán representantes de los países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Reino Unido, China y Francia), de varios países europeos y de países de la región afectada: Marruecos, Argelia, Chad, Níger, Turquía, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, entre otros.

La delicada cuestión de la representación de las diferentes facciones libias que luchan en el conflicto armado no ha sido decidido.

Los sectores moderados son considerados bienvenidos, mientras los organizadores del proceso que condujo a la firma en Túnez de un Memorando de Entendimiento el 6 de diciembre, no son considerados representativos.

El nuevo enviado de la ONU para Libia, el alemán Martin Kobler, tachó de "inviable" el proceso paralelo a las negociaciones que se llevan bajo la égida de la ONU y que dieron lugar a un proyecto de acuerdo a principios de octubre, después de seis meses de intensas negociaciones.

Según una fuente diplomática europea, ese acuerdo, fruto de un "de largo y minucioso" proceso, cuenta con el apoyo de la mayoría de los parlamentarios de Tobruk (en el este, reconocido por la comunidad internacional), así como de Trípoli, pero fue bloqueado por ambos parlamentos, los cuales votaron en contra.

Por tanto, es necesario "volver a movilizar a los libios así como a los países que apoyan el acuerdo" de manera de "construir consensos" y conseguir la formación de un gobierno de "unidad nacional antes de fin de año", explicó el diplomático.

Los partidos rivales libios se reunieron el jueves y el viernes en Túnez para examinar el proyecto.

"La emergencia es absoluta. Cada semana que pasa favorece la expansión del grupo EI en Libia, para convertirla en una base terrorista", aseguró el viernes el secretario de Estado francés para Asuntos Europeos, Harlem Désir.

El primer ministro italiano, Matteo Renzi, desde hace meses advierte sobre los riesgos que genera la expansión yihadista en Libia y Siria, y ha advertido que Italia está dispuesta a tomar el mando de una misión militar en ese país.

Pero no se trata "de jugar Risk (juego bélico con varios ejércitos) para complacer a los editorialistas", advirtió Renzi.

Italia anunció que no intervendrá en Libia sin un mandato de la ONU y sin que haya un acuerdo con las autoridades locales y por ello se ha negado también hasta ahora a participar en los bombardeos en Siria.

Italia se siente especialmente preocupada por el caos en Libia, país con el que mantenía importantes lazos comerciales y del que zarpan miles de migrantes que huyen del hambre y las guerras en África hacia el viejo continente.

Según cálculos oficiales, entre 500.000 a un millón de personas están listas a dejar Libia hacia Europa.

Pero la mayor preocupación internacional es el grupo yihadista EI, su avanzada en Siria, país al que es difícil acceder, por lo que los seguidores del grupo se dirigen a Libia, donde el grupo se está fortaleciendo, sobre todo en su bastión, Sirte, y podría arrebatar las infraestructuras petroleras del sur.

La ONU estima que el número de combatientes locales pertenecientes a la formación extremista es de 2000 a 3000, pero las autoridades locales consideran que cientos de tunecinos, sudaneses, yemeníes o nigerianos de Boko Haram se entrenan en Libia para luego salir a golpear en otras partes.

"Controlan 200 kilómetros de las costas de Libia", lamentó el primer ministro tunecino, Habib Essid.

El primer ministro francés, Manuel Valls, reconoció el viernes que después de Irak y Siria, la lucha contra la organización EI seguirá "probablemente mañana en Libia".

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