Sacyr deja en tiempo muerto la refinanciación del crédito de Repsol

  • La constructora va a esperar a que la petrolera venda el 15% de YPF y siga recogiendo frutos en bolsa para sentarse con sus entidades acreedoras. Entonces, además de prorrogar hasta diciembre de 2012 el vencimiento de su crédito de 5.000 millones, pedirá una nueva estructura financiera a más largo plazo.
Ruth Ugalde

Repsol YPF ha vuelto a ser la gasolina de Sacyr-Vallehermoso. La recuperación de la petrolera en bolsa está dando alas a la constructora, hasta el punto de que ésta ha decidido tomarse con tranquilidad la refinanciación del crédito de 5.175 millones que pidió para hacerse con el 20% del grupo presidido por Antonio Brufau.

En principio, esta deuda vence en diciembre de 2011, pero Sacyr cuenta con la posibilidad de negociar con sus entidades acreedoras una prórroga de un año. Pecata minuta, ya que el verdadero objetivo de la empresa presidida por Luis del Rivero es construir una nueva estructura financiera a largo plazo.

Hablando en plata, Sacyr quiere hacerse fuerte en la petrolera y dejar que todo el crédito se vaya pagando con los dividendos de Repsol durante los años que la constructora decida permanecer en la compañía, sin presiones.

Por el momento, parece que la suerte le acompaña. La recuperación del negocio, el hallazgo de varios yacimientos, la venta del 40% de la filial brasileña y la inminente colocación el 15% de YPF han permitido a Repsol ser en uno de los siete únicos valores del Ibex 35 que están consiguiendo saldar el año en positivo.

En concreto, la compañía acumula una revalorización del 12,2%, frente a la caída del 14,7% que acumula el índice de referencia de la bolsa española.

Ésta subida ha permitido a Repsol recuperar los 21 euros por acción, cifra que dista mucho de los 15,3 euros que llegó a marcar en enero, poniendo en jaque le superviviencia de Sacyr, y que se aproxima cada vez más a los 26,7 euros por título que pagó la constructora cuando desembarcó en la petrolera.

Suma y sigue, porque los analistas están revisando al alza el precio objetivo de Repsol, hasta situarlo en el entorno de 24 euros, es decir, casi al nivel al que compró la constructora.

Y será cuando llegue este punto cuando Luis del Rivero y su equipo se sienten en serio a hablar con sus entidades acreedoras, conscientes de que entonces tendrán armas para defenderse en la negociación.

Su guerra se dirigirá, entonces, en dos direcciones. La primera, ir más allá de una prórroga de un año y construir la citada estructura a largo plazo, que le permita respirar tranquila frente a los vaivenes bursátiles.

La segunda, acomodar los intereses que paga, ya que, actualmente, Sacyr hace frente a un tipo de interés medio del 4,47% por Repsol, el más elevado de todos sus compromisos financieros, sólo superado por los proyectos de concesiones.

Un ejemplo de la tranquilidad con que está asumiendo la constructora esta refinanciación es que ha decidido dejar pignoradas todas las acciones de Testa y Vallehermoso para garantizarse el cumplimiento de los ratios que le han impuesto los bancos.

Sin embargo, gracias a la subida de Repsol en bolsa, estas garantías ya no son necesarias, y basta con sólo una parte de la filial patrimonialista para satisfacer las exigencias de los acreedores.

Pero Sacyr prefiere ser cauta ahora... y dejar las exigencias para dentro de unos meses. Por el momento, va a esperar a que la petrolera venda el 15% de YPF; después, testará como respira el mercado, y si la suerte le sigue acompañanado, entonces se sentará a hablar del crédito de Repsol.

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