Negociación con Bruselas

Sánchez pasa de pedir topar el precio de CO2 a pactar más ayudas por su emisión

El presidente anunció una propuesta para desvincular el precio del gas en la UE y un límite máximo a las emisiones de carbono. Sin embargo, esta última medida se ha ido diluyendo con el paso de las semanas.

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Sánchez pasa de pedir topar el precio de CO2 a pactar más ayudas por su emisión.

En los últimos coletazos de julio, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dio una rueda de prensa en La Moncloa para anunciar dos propuestas con las que convencer a Bruselas y liderar la política energética europea: reformar el mercado eléctrico de la UE (desacoplando el precio del gas del precio de la electricidad) y topar -o poner un límite máximo- al precio de las emisiones por CO2. El objetivo buscaba reducir la inflación, pero también ayudar a aquellas empresas que, pese a estar llevando a cabo planes de eficiencia energética, aún son muy dependientes de los carburantes. Sin embargo, esta última iniciativa parece que, con el paso de las semanas, se ha ido diluyendo en favor de otra medida -quizá- con más opciones de lograr la aquiescencia de los europeos: aumentar las ayudas compensatorias a las industrias por emitir CO2

Una realidad para el Ejecutivo que empaña la imagen de liderazgo que había ejercido fuera de España tras conocerse la ratificación por parte de la Comisión Europea de una de sus aspiraciones, como era plantear una reforma en el sistema del mercado energético de la Unión. Sin embargo, la segunda sugerencia parece que no entra dentro de los planes de Bruselas. Así, el Gobierno ha optado por otra medida de distinto calado, pero que también podría beneficiar a la industria del país (sobre todo a la electrointensiva). Así, La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, aseguró hace escasos días que "el Gobierno trabaja con Bruselas para aumentar el umbral máximo de las ayudas compensatorias por costes de emisiones de CO2 para próximas convocatorias, tras haberlas elevado hasta los 244 millones". 

Este debate salpica de lleno a todas aquellas industrias de nuestro país que consumen combustibles fósiles, como las cementeras, las químicas, las petroleras, las que fabrican aceros inoxidables o aluminio. Unos sectores clave para la recuperación económica de España y con las que el Ejecutivo está negociando a la hora de diseñar el futuro plan de contingencia, que previsiblemente se aprobará antes de que septiembre llegue a su fin.

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Sánchez pasa de pedir topar el precio de CO2 a pactar más ayudas por su emisión.

CAIB

No obstante, la propuesta de Sánchez ha sido criticada por todos los expertos consultados. "Topar los precios de CO2 sin más concreción es una propuesta un poco para ponerla encima de la mesa y debatirla. Decir eso es no decir nada, mientras no se concrete cómo va a ser ese tope. Va a ser difícil que la Comisión Europea entre en ese juego, porque, pese a la situación, Bruselas sigue queriendo que se cumplan los compromisos climáticos. Y si se interviene el mercado de los derechos de CO2, realmente estás modificando lo que han sido los últimos 20 años de política de energía y clima de la UE", sostiene una fuente experta en el mercado energético.

En cuanto al impacto que puede tener en el consumidor final, aseguran que es limitado. "Hay que tener en cuenta que aunque los precios de CO2 han subido mucho estos últimos años, realmente pesa poco en el contexto del precio final. Si cogemos a lo que está hoy el precio por tonelada y lo multiplicamos por 0,4 (representa las toneladas de CO2 que se emiten para producir un megavatio hora eléctrico con una central de gas) nos dará en torno a 30 euros. Esta medida podía tener sentido cuando la electricidad valía 60 euros, pero cuando la electricidad está a 600, como en Francia o Alemania, 30 euros no es nada", sentencia el experto.

El mercado de CO2

Las empresas de gran consumo de energía inevitablemente tienen que consumir combustibles fósiles (y, por ende, emitir CO2). Esas emisiones no pasan desapercibidas por Bruselas, que, a través de la ley de Cambio Climático Europeo, va aumentando con los años los precios de los derechos para cumplir con el objetivo de emisiones cero de carbono fijado para 2030. Como la Comisión va a ir reduciendo los derechos de emisión, las empresas se han anticipado y se han lanzado a la vez a comprar hoy esos derechos que son más baratos, lo que ha ayudado también a disparar su precio.

No obstante, la UE es conocedora de la limitación que aún hoy tienen estas industrias para no depender de los carburantes y las estrategias que están llevando a cabo para ser más eficientes energéticamente. Por ello, existen derechos gratuitos para competir a nivel internacional o también compensaciones -a través de subvenciones- que permitan hacer posible su viabilidad a medio plazo.

Los precios por las emisiones de CO2 han ido aumentando de forma progresiva con el paso de los últimos años. Así, y según la empresa dedicada a la compraventa de derechos de emisión por cuenta propia SendeCO2, en septiembre del año 2020 estos se situaban casi en 28 euros la tonelada. Sin embargo, dos años después, esta misma emisión de carburantes roza los 72 euros.  

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