Doñana, trasvase Tajo Segura, Extremadura...

La sequía resucita las 'guerras del agua' en las zonas más secas de la Península

Tramas organizadas para robar agua, agricultores desesperados por la escasez: “Es como en ‘Mad Max’, allí se luchaba por un litro de gasolina y en este país es por un litro de agua”, advierten los agricultores.

Tramo en Guadalajara del trasvase Tajo-Segura. EFE/Txema Ruiz
La sequía resucita las 'guerras del agua' en las zonas más secas de toda España.

Desde que comenzara el año hidrológico en octubre pasado, en España ha llovido un tercio menos de lo habitual. El mes de enero ha sido el más seco de las últimas dos décadas. El agua embalsada apenas alcanza el 44% de la capacidad total cuando debería de estar a estas alturas, por encima del 65%. En algunas zonas de España, el sur de Extremadura, Andalucía, Castilla La Mancha, Murcia o el sur de la Comunidad Valenciana, no llueve desde hace más de dos meses. Comienzan las restricciones, tanto para el riego como para el consumo humano en algunas zonas de la España seca y en algunas de estas zonas vuelven a surgir las 'guerras del agua' porque media Península Ibérica se 'muere de sed'. "En 'Mad Max'", aquella mítica película de finales de los años setenta del siglo pasado, "se peleaba a muerte por un litro de gasolina. Pues bien, al paso que llevamos, en España va a pasar lo mismo con el agua", cuenta gráficamente José, un agricultor sevillano que ve como en los campos en Utrera (Sevilla) sus 10 hectáreas de cereal, sembradas hace dos meses, no germinan por la falta de agua.

Y lo de 'guerrear' o delinquir por el agua no es fruto de la imaginación de este agricultor andaluz, que ve cómo su cosecha está "prácticamente" perdida en su totalidad por la sequía. Sin ir más lejos, este pasado 1 de febrero, el Seprona, servicio de protección de la naturaleza de la Guardia Civil, culminó una macrooperación, Mizu II, contra la extracción ilegal y el robo de agua que acabó con 133 personas detenidas y 1.533 pozos ilegales detectados. Ocho meses de inspecciones en toda España, en la que han intervenido 1.400 agentes y se ha llevado a cabo "en zonas especialmente sensibles y vulnerables", como el Parque Nacional de Doñana, el entorno del Mar Menor o las Tablas de Daimiel. Según esta operación, Murcia -curiosamente la región más beneficiada por el trasvase Tajo-Segura-  es la región en la que se concentran un mayor número de pozos y extracciones ilegales y después de Murcia varias provincias andaluzas como Málaga, Almería, Cádiz o Huelva.

Los datos muestran que los embalses guardan casi un 28,5 % menos de agua que en la misma semana del año pasado. Entonces, los embalses estaban al 55% de su capacidad. Las cuencas que menos agua almacenan son la del Guadalquivir, que continúa por debajo del 30% de su capacidad (28,5%) y la de Guadalete-Barbate (29,6%). Por el contrario, las que contienen mayor cantidad de agua embalsada son las del País Vasco (95,2%), la del Cantábrico Oriental (82,2%) y la de Tinto, Odiel y Piedras (74,2%). Por debajo de la mitad de su capacidad se encuentran cuencas como la del Duero (49,6%), el Tajo (45,4%), Guadiana (30,4%) y Guadalquivir (28,5%). Y lo que es peor, hay poca nieve en las cumbres y, según los meteorólogos, no se prevé que llueva en abundancia en los próximos dos meses. Consecuencias del anticiclón de las Azores y del fenómeno de 'La Niña'.

La organización agraria COAG lanza la voz de alarma ante la situación: "Si no llueve de forma significativa en las próximas tres o cuatro semanas los secanos podrían ver dañados sus rendimientos entre un 60 y un 80%". Así, según COAG, "el 50% del campo español se encuentra ya en situación de alerta por sequía. Cereales, olivar, viñedo y almendros de secano, pastos para ganadería extensiva y apicultura se encuentran entre los sectores más afectados y por regiones, Andalucía, el sur de Extremadura y Castilla La Mancha y varias comarcas de Murcia, Lleida y Girona, son las que registran la situación más crítica".

De hecho, ya han comenzado las restricciones. La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) acaba de recortar el riego a 1.000 metros cúbicos por hectárea ante la sequía. Casi un tercio de lo autorizado año pasado, ya restringido al 50%, porque las aportaciones a la cuenca son un 75% inferiores a la media histórica. Pero las restricciones ante la situación no solo afectan al riego. El consumo humano ya se ha visto afectado, en estos momentos, en febrero, en alguna comarca de Lleida o en la mancomunidad de Tentudía, en Badajoz. "Si la situación es la que es ahora, ¿qué será en verano?", se preguntan en uno de los pueblos de la comarca, Calera de León, donde Mario Torrado, dueño de una tienda de alimentación, explica que ya le compran el agua embotellada por palés: "El agua es el artículo más vendido con mucha diferencia".

Mientras, la alcaldesa de Calera de León y presidenta de la Mancomunidad de Tentudía (20.000 habitantes), Mercedes Díaz, exige soluciones: "Pedimos la construcción de un nuevo pantano, tal y como se viene recogiendo desde 2003 en los planes del Ministerio". Un proyecto paralizado por objeciones medioambientales y que ahora la comarca clama para calmar su sed.

Con esta situación, las 'guerras del agua' se reproducen por la España seca. Y quizás sea Doñana donde más se ejemplifican. PP, Ciudadanos y Vox pretenden, con una modificación de la ley en el parlamento andaluz que amplia las hectáreas regables en el entorno del parque nacional, una "amnistía encubierta" para los agricultores, para algunos, que llevan desde hace décadas "sobreexplotando ilegalmente", dicen las organizaciones ecologistas, los acuíferos de Doñana. Una sobreexplotación de los acuíferos por el que el Tribunal de Justicia de la UE acaba de sancionar a España. Esta modificación de la ley ha enfrentado incluso a agricultores y regantes 'legales e ilegales' y la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha llegado a afirmar que es "imposible" legalizar nuevas hectáreas de riego en el entorno del Parque Nacional de Doñana, salvo que se expropien los derechos del agua de los regantes legales porque "simplemente, no hay agua". Y en medio, la campaña de recolección de frutos rojos del campo onubense, el 'oro rojo' de la zona.

Otra guerra. Los agricultores murcianos y el SCRATS (Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura) se manifiestan día sí y día también por las localidades de la región pidiendo, entre otras cosas, más agua para sus cultivos porque "nos morimos de sed. Nosotros y nuestros campos". El Gobierno autoriza, lo ha hecho en diciembre, enero y febrero, 27 hectómetros cúbicos de trasvase cada mes, aunque Teresa Ribera acaba de decir que habrá que establecer "limitaciones" al trasvase en el futuro. Mientras, en el Alto Tajo, de donde se nutre el trasvase, el pantano de Entrepeñas se encuentra en estos momentos y según datos oficiales, al 31,61% de su capacidad, y el de Buendía al 24,05%.

Por ello, la Asociación de Municipios Ribereños de Entrepeñas y Buendía opina, a raíz del último trasvase de 27 hectómetros cúbicos aprobado, que "se está trasvasando todo lo que entra en otoño e invierno", con lo que "nos espera un verano complicado". Y es que considera que "ya no es que no se atienda las necesidades de la cuenca cedente, es que se trasvasa se necesite o no se necesite, y no se necesita porque tienen almacenados", los regantes del Segura, "medio año de trasvases en nivel 2, casi ocho trasvases máximos en nivel 3, y no les hace falta el agua y aquí sí", sentencia.

El embalse de Iznájar, a caballo entre las provincias de Córdoba, Granada y Málaga es el de mayor capacidad de Andalucía y el que abastece de riego a todos los cultivos de Andalucía occidental. Ahora mismo está al 24% de su capacidad, cuando la media de embalse de los últimos diez años era del 62,13%. En febrero de 2021 se encontraba al 34,5%. Este embalse, con 981 hm3 de capacidad, está rodeado de tierras de cultivo, especialmente olivar, que ahora está en plena recogida de la aceituna. Y los olivareros temen ya a la próxima cosecha porque los olivares llevan más de tres años sufriendo una alarmante falta de lluvias. "El rendimiento ya ha sido mucho menor este año y el próximo, si no hay lluvias, que parece que no hay previsión, va a ser dramático para la aceituna", afirma Juan Luís, un olivarero de Córdoba.

El Presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, lo ha dejado claro esta semana en Málaga: "Si no llueve en primavera vamos a tener un otoño e invierno tremendamente complicados en términos agrícolas y ganaderos y, posteriormente, en términos industriales y de abastecimiento en muchos pueblos y rincones de Andalucía", advierte, antes de sentenciar y dar una visión muy gráfica del problema: "para recuperar la normalidad hídrica necesitamos 100 días de lluvia diaria y constante". 

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