Sargentes de la Lora 

El 'no es no' de Sánchez y Ribera a los barriles de petróleo del Texas español

El Gobierno no concede la licencia para extraer el ‘oro negro’ del yacimiento de Ayoluengo pese a la insistencia del municipio, de la comunidad científica y de las empresas interesadas en la explotación. 

Petróleo en España
El 'no es no' de Sánchez y Ribera a los barriles de petróleo del Texas español. 
L.I.

España tiene petróleo. Poco, pero algo hay, aunque desde julio de 2021, con el cierre de la plataforma marina de Tarragona, no se extraiga ni una gota de ‘oro negro’ en el país. En tierra firme, al norte de la provincia de Burgos, hay un pequeño pueblo de apenas 100 habitantes, Sargentes de Lora, que esconde bajo tierra 130 millones de barriles de petróleo -lo que consume nuestro país en 130 días-, pero, aún en un momento de emergencia energética, el Gobierno no concede la licencia para explotar el campo pese a la insistencia y el interés del municipio, que en su día fue bautizado como el ‘Texas’ español, y de una empresa como la canadiense Proton Technologies. El presidente del Gobierno y la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, “se han instalado en el ‘no es no’ por un supuesto ecologismo” y “de ahí es imposible sacarlos”, dice el alcalde del municipio, Carlos Gallo (PP).

La primera semana de marzo, con el precio del petróleo disparado a 130 dólares el barril a causa de la crisis desatada por la invasión de Ucrania por parte de Rusia, España, en acción coordinada con la Agencia Internacional de la Energía, hacía uso de dos millones de barriles de sus reservas petrolíferas para evitar el desabastecimiento y la Junta de Castilla y León aprobaba la la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) del Campo petrolífero de Ayoluengo de Sargentes de la Lora en la categoría de Conjunto Etnológico.

Y en el pueblo “nos hacíamos cruces”. Está “muy bien lo del BIC y lo del museo”, explica el regidor, “y es algo por lo que llevamos batallando mucho tiempo, pero una cosa no quita la otra y seguimos en la lucha porque nuestro objetivo es que se vuelva a extraer petróleo de nuestro subsuelo”. España “es dependiente totalmente energéticamente y la explotación del campo de Ayoluengo puede ayudar a no depender tanto del exterior y, además, crearía empleo en la zona y fijaría población, algo muy necesario en la llamada España vaciada. La UE considera zonas ‘desérticas’ aquellas en las que hay menos de 6 habitantes por kilómetro cuadrado. Pues bien, aquí la densidad de población es de 1,3 por km2”, sentencia Carlos Gallo.

El Ilustre Colegio Oficial de Geólogos (ICOG) ha propuesto esta misma semana que se exploren los recursos de hidrocarburos y minerales existentes en el subsuelo de España. Entre ellos, el yacimiento de Sargentes de la Lora, el único pozo de petróleo económicamente explotable de la Península Ibérica. El ICOG lamenta que España “no haya sabido aprovechar el potencial energético de sus materias primas y recursos minerales autóctonos” para reducir la alta dependencia energética del exterior, que se ha hecho más evidente en contextos como la pandemia o la actual guerra de Ucrania. “España es un país con una gran dependencia energética, casi todo el petróleo y gas viene del exterior por lo que es necesario investigar los recursos naturales de nuestro país”. Incluso, el propio edil confiesa que en una visita reciente al Instituto Geológico Minero Español, organismo dependiente del CSIC, “nos dijeron que ellos también barajaban esa posibilidad, explotar el petróleo que tenemos, ante el aumento del precio del crudo en los mercados internacionales”.

El yacimiento petrolífero de Ayoluengo fue descubierto en 1964 y comenzó a explotarse en 1967. Por entonces, la propaganda del régimen franquista, hablaba del ‘Texas’ o el ‘Oklahoma’ español. Durante 50 años, hasta 2017, se explotó el campo -llegó a haber 65 caballetes de extracción y 400 trabajadores- aumentó exponencialmente la población de la localidad y el paisaje y la vida en Sargentes de la Lora cambiaron para siempre. El yacimiento pasó por diversas manos, entre ellas las de Repsol, Campsa, Cepsa..., aunque nunca se explotó en toda su dimensión. Se calcula que de los 155 millones de barriles existentes apenas se ha extraído un 15% por lo que quedarían bajo tierra unos 130 millones de barriles de petróleo de buena calidad esperando a ser extraídos. 

En 2017 se acabó la licencia de explotación 

En 2017 se acabó la licencia de explotación de 50 años, pero la empresa que lo hacía, la Compañía Petrolífera de Sedano (CPS), filial de la británica Columbus ERP, se mostraba interesada en continuar, invirtiendo 90 millones de euros en él campo y generando 50 empleos directos y otros 250 indirectos en los siguientes 20 años. “El Gobierno de Rajoy tenía a punto en abril de 2017 sacar la licitación del concurso para explotar el campo, pero llegó la moción de censura, cambió el Gobierno y... Sánchez dijo no escudándose en este mal llamado ecologismo urbanita de sofá, la transición verde que le dicen, y el yacimiento se cerró definitivamente en 2018”, cuenta Gallo. 

Incluso hace pocas semanas un grupo de senadores castellanoleoneses presentó una iniciativa en la Cámara Alta para que volviera a explotarse el pozo petrolífero, pero la moción fue rechazada por el Gobierno y sus socios. “Nosotros no desesperamos y seguimos trabajando para que se vuelva a sacar petróleo de aquí. ¿El petróleo es contaminante y emite CO2? Vale, sí, pero solo si se quema. Tiene otras muchas utilidades y es todavía vital para la industria química, farmacéutica, cosmética? ¿Por qué no utilizamos algo que tenemos? Es inexplicable”.

La última empresa que se ha mostrado interesada en explotar el campo de petróleo burgalés es la canadiense Proton Technologies, con la que el consistorio de Sargentes está en permanente contacto. Proton ha patentado una nueva tecnología para extraer hidrógeno, con muchas menos emisiones de CO2 que con la técnica tradicional de electrólisis, de los yacimientos petrolíferos y está dispuesta a revivir Ayoluengo, ya que Proton Technologies busca en todo el mundo pozos petrolíferos nuevos, taponados o abandonados para usar en ellos su tecnología.

La revitalización industrial de este campo petrolero en pleno páramo burgalés revitalizaría la zona y la comarca, piensan, pero de momento, ante la negativa del Gobierno de coalición a hacerlo, tienen que conformarse con la riqueza que genera el Museo del Petróleo, por el que pasan cada año cerca de 5.000 visitantes. En el único bar restaurante de la localidad, toda una referencia gastronómica de la zona, Begoña Garrido también clama porque se vuelva a extraer petróleo de la tierra, la actividad bulla en el pueblo y su local se llene de gentes dispuestas a saborear su exquisito cocido loriego. El bar, como no podía ser de ora forma, se llama 'oro negro'. 

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