Un exdirectivo asegura que caja madrid eligió para las preferentes a clientes más experimentados que los demás bancos


El antiguo director de Cumplimiento Normativo de Caja Madrid Manuel Fernández Navarro ha asegurado hoy en su declaración como querellado ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu que la entidad, a la hora de vender las participaciones preferentes, eligió un perfil de cliente más experimentado y más arriesgado que el resto de los bancos.
Fernández Navarro, quien abandonó la entidad en enero 2012 tras 40 años en Caja Madrid, aseguró que el test de conveniencia elaborado por la entidad, con el que las sucursales debían filtrar a los clientes a los que se podían vender las preferentes, “estaba por encima del sector bancario”, según explicaron fuentes jurídicas.
Caja Madrid, en concreto, eligió como objetivo de las preferentes emitidas en 2009 a clientes con un perfil “moderado”, mientras que, según dijo el querellado, el resto del sector se dirigía un perfil “conservador”.
Fernández Navarro también subrayó que en mayo de 2009, cuando Caja Madrid emitió 3.000 millones de euros en preferentes, no existía una normativa clara para regular este tipo de participaciones y determinar la clase de clientes a las que iban dirigidas.
El único marco normativo, según dijo, era la directiva europea de Mercados de Instrumentos Financieros (conocida como MiFID por sus siglas en inglés), que entró en vigor en diciembre de 2008 pero que, en el año 2009, todavía no había sido desarrollada en España. Fernández Navarro, de hecho, era el encargado de adecuar las actuaciones de Caja Madrid a esta directiva.
TEST A LOS CLIENTES
El que fuera director de Cumplimiento Normativo de Caja Madrid explicó que para elaborar y redactar el test de conveniencia que debía servir para filtrar a los potenciales clientes de las preferentes se creó un grupo de trabajo con entre seis y ocho personas y en el que participaron departamentos como Comercial, Marketing, Negocio, Asesoría Jurídica, Sistemas y Cumplimiento Normativo. Él se encargó en concreto de asesorar sobre la aplicación de la directiva MiFID a este test.
El querellado fue también el encargado de tratar con la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) durante el proceso de supervisión con el que el regulador examinó cómo y a quién se vendían las preferentes en Caja Madrid. Fernández Navarro explicó que el 2 de junio de 2009, tan solo diez días después de que la entidad emitiese las participaciones preferentes, la CNMV le remitió una carta en la que le reclamaba una auditoria interna sobre el proceso de venta de las participaciones.
Esta auditoría interna señalaba que en el 94 por ciento de las ventas se había realizado el test mientras que en el 88 por ciento se había recogida la firma del cliente en la información contractual.
El que fuera director de Cumplimiento Normativo de Caja Madrid explicó que el 26 de enero de 2010 la CNMV le remitió otra carta en la que le decía a la entidad que debía mejorar los controles internos en la comercialización de las preferentes, incidiendo especialmente en la necesidad de revisar la información que se ofrecía a los clientes antes de firmar el contrato.
Fernández Navarro contestó en febrero y comunicó al regulador que Caja Madrid seguía considerando adecuado colocar las preferentes a clientes con un perfil moderado. En este apartado, el querellado reiteró que en la época no había una normativa clara que fijase el tipo de clientes para estos productos.
CAMBIO DE PERFIL
El querellado explicó que la CNMV comunicó a Caja Madrid el 17 de mayo de 2010, un año después de la emisión de las preferentes, su desacuerdo con las preguntas que se recogían en el test. El regulador, en concreto, consideraba que ninguna de las cinco preguntas de este test hacía referencia a la profesión del cliente y que tampoco se hacia referencia al riesgo de mercado y de liquidez. La entidad creó un grupo de trabajo para estudiar estas reclamaciones.
Finalmente, la CNMV exigió a Caja Madrid el 30 de julio de 2010 el cambio del perfil de los clientes de las preferentes. La entidad se vio obligada entonces a elevar de “moderado” a “dinámico” el perfil de las personas a las que se podían colocar estas participaciones.
El juez Andreu también ha interrogado hoy, igualmente en calidad de querellado, a Carlos Contreras, quien fuera director de Negocio de Finanzas Corporativas de Caja Madrid. Este exdirectivo fue la persona que firmó el folleto que se entregaba a los clientes antes de venderles las preferentes.
Este querellado señaló primero que firmó en calidad de garante y por indicación del que era su jefe, el entonces director de Negocio Matías Amat. Explicó que leyó el folleto y revisó extremos como las condiciones y términos, las advertencias de riesgos, la información financiera y el tratamiento fiscal.
Contreras también señaló que fue el despacho de abogados Garrigues quien se encargó de redactar el folleto y de negociar su contenido con la CNMV. El borrador de Garrigues fue supervisados finalmente por la Asesoría Jurídica de Caja Madrid y él lo firmó, aunque quiso dejar claro no intervino en ningún momento en su redacción.
El juez de la Audiencia Nacional ha interrogado por último al exdirectivo de Caja Madrid Fernando Cuesta Blázquez, quien se encargó de firmar el folleto de las preferentes que la entidad emitió en el año 2004. Este querellado dijo que compró preferentes de Caja Madrid en el año 2009 pero explicó que las vendió en 2010 para comprarse un coche.
Con la ronda de declaraciones de hoy, el magistrado Andreu ha interrogado ya a nueve querellados –entre ellos a Miguel Blesa- en el marco de la pieza del ‘caso Bankia’ en la que investiga la venta de preferentes por parte de Bancaja y Caja Madrid y la presunta utilización de estas participaciones para maquillar las cuentas de resultados de las entidades.

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