Zapatero sostiene que ya nadie duda de España, pero para Rajoy ha fracasado

Madrid.- El jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, ha considerado hoy recuperada la confianza de los mercados en España gracias a las reformas aprobadas y ha criticado la incoherencia "culpable" del PP al no apoyarlas, pero Mariano Rajoy le ha recordado que la tasa de paro demuestra su fracaso.

El debate celebrado en el Congreso sobre el último Consejo Europeo, donde Zapatero anunció nuevas medidas para cumplir con el Pacto del euro, ha derivado en un nuevo rifirrafe sobre la política económica del Ejecutivo.

"He podido actuar tarde, hasta le admito que he podido rectificar algunos de mis planteamientos, pero usted ha mostrado una incoherencia bastante culpable; eso es falta de responsabilidad y compromiso con su país", ha reprochado Zapatero a Rajoy tras agradecer explícitamente el apoyo que han recibido las reformas de CiU, PNV, CC y UPN.

El presidente del Gobierno ha destacado que "nadie ve a España como un problema", ha avanzado que en este primer trimestre la economía crecerá más que en el último de 2010 (cuando el PIB subió el 0,2 por ciento), y ha reiterado que en el segundo semestre comenzará la creación de empleo, a pesar de que este proceso será "lento" y "nos va a costar".

Rajoy ha reconocido que se han disipado los temores a un rescate financiero, pero ha estimado que el país "sufre la crisis en grado mayor al que le corresponde" por la desconfianza que genera Zapatero, a quien ha criticado por no atender en su momento las recomendaciones del PP y aplicarlas ahora que lo exige Bruselas.

"En algo habrá acertado el grupo popular al no apoyarlas (las reformas del Gobierno), pues está claro que sus medidas no son buenas para España", ha manifestado Rajoy al recordar la alta tasa de paro, el "descomunal" déficit o el rápido aumento de la deuda.

Zapatero también ha tenido que rebatir las críticas de ERC, ICV y BNG a lo "recortes neoliberales" que, en opinión de estas formaciones, se han aprobado en la UE y España ha asumido, y les ha recordado que los ajustes, aunque impopulares y difíciles, eran necesarios.

La prima de riesgo de la deuda española, ha insistido, se ha alejado de países como Portugal, Irlanda y Grecia.

Se ha centrado en dos de los compromisos que adquirió la semana pasada para cumplir el Pacto del euro y ha explicado que el plan frente al empleo sumergido incluirá un proceso de regularización "razonablemente incentivado" y, después, un "fuerte endurecimiento" de las sanciones a los empresarios que no den de alta a sus empleados y a quienes cobren el paro y trabajen sin declararlo.

Esta última medida ha sido una de las principales reivindicaciones del portavoz de CiU, Josep Antoni Duran y Lleida, quien ha pedido también reformas fiscales para reducir temporalmente las cuotas a la Seguridad Social y ha planteado una subvención de 5.000 euros por cada empleo neto creado.

Zapatero ha detallado también la nueva "regla de gasto" para complementar la ley de estabilidad presupuestaria, que se impondrá a la administración general del Estado y a los ayuntamientos.

Si se obtiene una recaudación mayor de la prevista se destinará a la reducción de la deuda pública, pero no a gastar más; y si se registra déficit se deberá elaborar un plan económico y financiero de reequilibrio

La diputada de UPyD, Rosa Díez, ha criticado que la UE no apueste por una política fiscal común y ha denunciado la "total falta de atención" a los problemas sociales derivados de los ajustes "de caballo" adoptados, mientras que la portavoz de CC, Ana Oramas, ha cuestionado que para rescatar a un país con problemas se le exija primero que se "empobrezca" con la aplicación de duros recortes.

Carlos Salvador, de UPN, ha criticado por su parte los cambios de rumbo de Zapatero y, al tiempo, la "acomplejada complicidad" del PP con sus medidas económicas.

La intervención en Libia fue el segundo asunto del Consejo Europeo y el portavoz del PNV, Josu Erkoreka, ha querido hacer autocrítica con la actuación de la UE, que, a su juicio, ha dejado mucho que desear" e incluso en algunos momentos "casi ha rozado el ridículo".

Sin embargo Zapatero ha defendido el consenso de los Veintisiete a la hora de apoyar la democracia en Libia y ha advertido de que la ola de cambio en el mundo árabe "no merece actitudes tibias", sino una respuesta rápida de colaboración.