Inyección de liquidez

ACS espera hacer caja con los 5.000 millones de Cobra antes de final de año

El grupo constructor percibirá un pago fijo de Vinci por valor de 4.200 millones y un adicional de entre 730 y 780 millones. Después podría sumar otros 600 millones por el desarrollo de proyectos de renovables.

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Europa Press

La dirección de ACS parece tener encauzados algunos de los asuntos que afectan a su futuro más inmediato. Entre ellos la venta de su división industrial Cobra a la francesa Vinci, que se cerró a principios de abril y por la que espera ingresar entre 4.930 millones y 4.980 millones de euros en efectivo. Tras recibir semanas atrás el visto bueno de la Comisión Europea, que no ve problemas de competencia para el espacio económico europeo, todavía está pendiente de diferentes aprobaciones regulatorias. Aún así, el grupo presidido por Florentino Pérez  confía en cerrar los últimos flecos de la operación y recibir el pago de forma inmediata este mismo ejercicio.

Así lo ha reconocido en una conferencia con analistas el director general corporativo de la compañía, Ángel García Altozano. Durante su intervención, señaló que tanto el traspaso de activos como de la astronómica cifra "concluirá antes de que acabe el año", cumpliendo así con el calendario previsto que fijaba la resolución del proceso en 2021. Dentro de los casi 5.000 millones de euros de la transacción, ACS percibirá un pago fijo de 4.200 millones y un adicional como compensación por la caja de la compañía. La horquilla de esta última parte oscila entre un mínimo de 730 y un máximo de 780 millones.

A estas cifras se podrían sumar otros 600 millones de euros en efectivo, que recibiría más adelante el grupo constructor por el desarrollo y venta de proyectos de energías renovables en los siete años siguientes a la ejecución de la compraventa. En concreto, ambas empresas pactaron el pago de 20 millones de euros por cada medio gigavatio desarrollado por Cobra entre el 31 de marzo de 2021 y 2028.  Según los términos fijados en el acuerdo, la alianza podría llegar hasta finales de 2030 si la división industrial logra desarrollar seis gigavatios en los primeros tres años y medio.

Pese a que las palabras de Altozano suponen un compromiso con los accionistas que habrá que sellar, el consejo todavía no ha detallado la finalidad que planea darle a los beneficios de la operación. No obstante, esta desinversión permite inyectar liquidez y dejar atrás los problemas que generó la pandemia en su posición financiera, motivando una reducción de su rating por parte de Standard and Poor's en marzo. Al mismo tiempo, le concede margen para afrontar nuevas inversiones en el proceso de transformación que atraviesa, el cual afecta tanto a su actividad como a su estructura directiva, pendiente de un relevo en la cúpula desde hace tiempo.

El consejo todavía no ha detallado cómo utilizará el beneficio obtenido con la operación

En octubre, Florentino Pérez reconoció ante analistas que parte de la rentabilidad obtenida con la venta de su brazo industrial podría emplearse en la compra de Autostrade. La filial italiana de autopistas es propiedad de Atlantia -su socio en Abertis-, y su entrada en el perímetro cambiaría el perfil de ACS dando un mayor peso del negocio de concesiones

No obstante, La compañía española nunca llegó a presentar una oferta vinculante por Autostrade. Desde el principio el Gobierno de Mario Draghi mostró reticencias a abrir la puerta de la compañía italiana a la constructora española y, finalmente, fue la alianza de la pública transalpina Cassa Depositi e Prestiti (CDP) con Blackstone y Macquarie, la que se llevó el gato al agua por 9.300 millones de euros. Ahora, el planteamiento del grupo que preside Florentino Pérez apunta más directamente hacia el mercado estadounidense aprovechando el plan de infraestructuras  anunciado por Joe Biden.

Beneficios de 545 millones 

Dentro del área de Infraestructuras, la actividad concesional generó unos beneficios de 107 millones de euros hasta septiembre, mientras que Abertis aportó 87 millones al resultado neto, según sus últimos resultados trimestrales. El conjunto del grupo ha declarado al cierre de septiembre unas ganancias de 545 millones de euros, de los cuales 325 corresponden a la división de servicios industriales, reclasificada como actividad interrumpida por el acuerdo de venta a Vinci.

El otro pilar sobre el que busca edificar su futuro son las renovables, como demuestran la empresa conjunta que creará con Vinci a partes iguales y que concentrará todos sus activos 'verdes'. La parte que retendrá ACS por su cuenta son esencialmente activos energéticos, que presentaron ventas de 158 millones durante los tres primeros trimestres.

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