Los activos tóxicos ya no son problema: se han reducido en un 25% en cinco años

  • Los analistas esperan llegar a bajar el total de NPAs hasta los 200.000 millones para el año 2022 pese a la naturaleza de las carteras restantes.
Gráfico NPAs
Gráfico NPAs
Nerea de Bilbao

Los activos tóxicos de la banca que tanto problema causaron durante los años de la crisis han dejado de ser la mayor carga para las entidades gracias a una reducción de casi el 25% en apenas cinco años. Tanto es así, que los 'servicers' -las firmas que se dedican a la comercialización- se 'frotan' las manos con este tipo de operaciones y ya copan el 73% del total de este mercado. 

El objetivo inicial de estas empresas es "monetizar" los, por ejemplo, 17.000 millones de euros en activos con los que cuenta Haya Real Estate, uno de los más importantes representantes de este segmento. Así lo reconocía recientement Juan Hoyos, presidente de la firma, a la vez que afirmaba estar trabajando para "ver la forma en la que cambian las necesidades de los clientes". 

Los activos tóxicos han alimentado este mercado, inexistente hasta 2012, y han conseguido que se coloquen en la primera línea del mercado inmobiliario. Uno de los principales beneficios para ambas partes fue la utilización de Sareb como una salida. "La banca ha conseguido reducir más rápido la cantidad de estos préstamos gracias a las salidas a Sareb", reconoce Vicente Vázquez, socio de Oliver Wyman. 

Actualmente, en el mercado español, existen 285.000 millones de euros en este tipo de activos. El acumulado comenzó a crecer tras la crisis a ritmos vertiginosos, llegando a pasar de apenas 226.000 millones a más de 373.000 en apenas un año, unas cifras que hicieron temblar a los analistas.

Los años 2013 y 2014 dejaron el mercado prácticamente estabilizado, pero desde entonces el nivel comenzó a reducirse. El ritmo de un 5% anual ha dado como resultado llegar al cierre del primer cuarto de 2018 con tan destacada cifra de menos de 300.000 millones. 

Un dato que, según diferentes analistas del mercado bancario e inmobiliario, podría llegar a alcanzar los 200.000 millones para el año 2022. "La gestión de los activos va a llevar tiempo", señala Javier Cabrera, socio de Alantra, a la vez que anuncia más transacciones importantes para descongestionar el mercado y conseguir el objetivo a cuatro años. "Es un mercado maduro, con recorrido a medio y largo plazo". 

El primer 'valiente' que compró una de estas carteras a Sareb fue H.I.G. Capital que se hizo con el disputado 'Proyecto Bull' en el verano de 2013. El propio Pedro Albella, principal de esta firma, reconoce que a día de hoy los activos que adquirieron a través de este acuerdo han sido vendidos "en su práctica totalidad". "Quedan solo unos garajes imposibles de vender", señala Albella. 

A pesar de ello, las carteras que aún quedan por sacar al mercado no son "tan jugosas" como lo eran antes, reconoce el Principal de H.I.G. "Antes sabías que lo ibas a vender, ahora ya no", concluye. 

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