BBVA logra el visto bueno de los supervisores a su gran operación del año. La entidad tenía previsto obtener el respaldo de las autoridades antes de cerrar el primer trimestre de 2022 a su oferta pública de adquisición de acciones (OPA) sobre el 50,15% que no posee de su filial Garanti y, a solo un día de cerrar el mes de abril, ha recibido la autorización. El periodo de aceptación de la OPA voluntaria comenzará el próximo lunes, 4 de abril, y tendrá una duración de veinte días hábiles. La operación, fijada en un máximo de 25.700 millones de liras, les costaría ahora apenas unos 1.580 millones de euros.
La operación se diseñó en divisa local a razón de 12,2 liras por cada acción de Garanti y tomando como referencia el tipo de cambio del 12 de noviembre, el viernes anterior a la presentación de la OPA. Puso sobre la mesa 25.700 millones de liras y estimó en 2.250 millones de euros el coste máximo de la OPA si todos los accionistas minoritarios venden sus acciones, si bien a medida que han ido pasando los meses el desembolso potencial se ha ido reduciendo considerablemente por la devaluación de la divisa.
El consejo de administración de BBVA acordó el pasado 15 de noviembre poner en marcha esta operación al no encontrar una alternativa más eficiente para utilizar su exceso de capital. Pocos días después, comunicó que que había solicitado autorización al supervisor turco para la OPA, para lo que esperaba obtener una respuesta antes de cerrar el primer trimestre de 2022. El presidente del grupo, Carlos Torres, afirmó recientemente ante la junta general de accionistas del banco que la OPA sobre Garanti BBVA seguía siendo una "operación atractiva" para el banco y para sus accionistas, "a pesar del entorno de incertidumbre".
Eso sí, el primer ejecutivo de la entidad reconoció la enorme volatilidad de los mercados desde que anunciaron la operación, sobre todo durante las últimas semanas a raíz de la guerra. "Aún así, vemos que los retornos esperados de esta inversión compensan los riesgos de la misma, que no son pequeños", precisó. Para BBVA, Turquía es un mercado estratégico en el que sin duda hay incertidumbres en el campo macroeconómico y desde el punto de vista geopolítico. Sin embargo, el equipo prefiere centrarse en el "enorme" potencial que tiene como país para crecer y sus fuertes lazos comerciales con Europa.
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