Problemas de reservas

Bolivia, ante el nuevo superpozo de gas de Repsol: ¿descubrimiento o pinchazo?

Aunque desde la petrolera española se congratulan por este nuevo descubrimiento, los expertos afirman a este periódico que se trata de un pozo que "no añadirá nada a las bajas reservas del territorio".

Antonio Brufau Repsol
Bolivia, ante el nuevo superpozo de gas de Repsol: ¿descubrimiento o pinchazo?
Europa Press

"Hemos encontrado reservas de gas natural en el campo Margarita-Huacaya (...) con un potencial de producción de 3 millones de metros cúbicos por día", anunció por redes sociales Luis Alberto Arce, presidente de Bolivia. Un mensaje que provocó júbilo entre sus seguidores al grito de "¡Fuerza Lucho!" o "¡Que no nos conquisten los americanos!", pero que, también, fue contrarrestado por las críticas de otros ciudadanos del país, "¿Nueva reserva? Si lleva explotado desde 1988 y es el que tiene la mayor producción actual". En medio de esa pugna está la compañía petrolífera española Repsol, que busca sacar rédito de ese hallazgo.

La empresa Repsol es, junto con la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), la encargada de explotar Margarita 10, la nueva reserva que se ha descubierto al Sur del territorio latinoamericano que, según las autoridades, será el mayor productor de gas natural del país, con una profundidad de entre 300 y 350 billones de pies cúbicos y un potencial de tres millones de metros cúbicos diarios de gas natural. 

La compañía lleva en el territorio desde 1994 y cuenta con "13 millones de barriles de petróleo equivalentes de producción de gas" en diferentes lugares del país, tanto al Sur (Huacaya, Sábalo o Margarita) como al Norte (Patujú, Mamoré o Paloma Surubí). Una producción de gas que, aún así, está por debajo de lo que obtiene la compañía en otros países de este continente, como Venezuela, donde extraen hasta cuatro millones de barriles más. 

Fuentes de Repsol aseguran que "el descubrimiento de este pozo es bastante importante porque el país en sí crea 45 millones de metros cúbicos al día y este pozo por sí solo produce 3 millones de metros cúbicos al día". Además, se espera que por esta vía Bolivia aumente sus reservas de gas y pueda cubrir la demanda sus clientes, sobre todo de Argentina, que es el más afectado por la falta de gas boliviano y que es crítico con el Gobierno de Arce por no cumplir los contratos de suministro. 

Repsol, que no es ajeno a este problema, reconoce que "los pozos se van vaciando y es normal que baje la producción". El futuro gas que la petrolera española extraiga seguirá el mismo proceso que con las otros pozos que perfora en el país o que han dejado de producir: se lo entrega a la empresa pública YPFB, que se se encargará de distribuirlo a tres mercados: el interno (por ley es el primero que se tiene que cubrir), Brasil (a través del gasoducto Gasbol) y, por último, Argentina.

Clima de celebración

Sin embargo, expertos como el exministro de Hidrocarburos de Bolivia, Mauricio Medinaceli, rechaza el clima de celebración que se ha instalado en el Gobierno boliviano y en diferentes medios locales. Así, según asegura a La Información, "lo que añade ese pozo es muy poco. El país produjo para abastecer los mercados externos e internos de gas natural 0,55 billones de pies cúbicos en el año 2021, mientras que este nuevo pozo aporta- según fuentes oficiales- 0,35 al año".

Una afirmación que la comparte el físico y experto en política energética de Bolivia, Francesco Zaratti, que afirma lo siguiente: "Se trata de un pozo de desarrollo que probablemente no añada nada a las bajas reservas de Bolivia, pero sí a la producción. Es como añadir un grifo más a un tanque de agua: no cambia el contenido, pero se vacía más rápidamente. La importancia del pozo Margarita 10 está en su gran caudal previsto en un momento en el que YPFB necesita incrementar la producción para suministrar a Argentina mayores volúmenes de los que ha estado enviando desde octubre, debido a una falla técnico-geológica de otro pozo, el Margarita X 3, que dejó de producir. Sin embargo el nuevo pozo no será operativo hasta junio-julio, de modo que queda la incógnita de cómo YPFB podrá cubrir los volúmenes mínimos comprometidos y requeridos por Argentina".

Un escenario que compromete las previsiones optimistas tanto del Gobierno boliviano como de la empresa estatal YPFB. Aunque desde Repsol afirman que "estamos contentos en Bolivia porque es un lugar estable", la realidad de los acontecimientos empuja al escepticismo. Además, y según las fuentes contrastadas, si Bolivia no consigue enviar por lo menos 14 millones de metros cúbicos de gas por día en la estación de invierno, el precio del gas se reducirá porque Argentina tendrá que compensar el menor volumen con compras de gas licuado de ultramar. Una situación que tendría un impacto en los contratos entre Repsol e YPFB. A este escenario se le une otro episodio negativo para empresa española en Latinoamérica, que parece que pone la guinda a un mal inicio de año: los daños por el derrame de petróleo en el litoral de Perú, con el que han reafirmado su "absoluto compromiso en remediar sus consecuencias".

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