Incertidumbre significativa

CaixaBank advierte contra los gobiernos populistas y las tensiones territoriales

La entidad constata además unos mayores niveles de intervención gubernamental y reguladora en el sector bancario que espera que continúe en el futuro previsible. 

Gonzalo Gortázar, Caixabank
Gonzalo Gortázar, Caixabank
Europa Press

CaixaBank suma potenciales riesgos a su lista 'negra'.  Si hace un año sus principales preocupaciones estaban ligadas al incierto desarrollo de la pandemia del Covid-19, a la necesidad de incrementar provisiones por el indeterminado riesgo del crédito o a la volatilidad en los mercados y su impacto en las participadas del grupo, la entidad ha añadido ahora a su catálogo otras incertidumbres, entre las que incluye factores políticos domésticos como los populismos y la fragmentación territorial o la reaparición de tensiones en el seno de la zona euro, cuyos mayores esfuerzos se concentran desde hace meses en la puesta en marcha del Fondo de Recuperación. 

El banco revisa anualmente los riesgos identificados por el proceso de Risk Assessment. La materialización de cualquiera del catálogo podría incidir negativamente en su negocio, en sus resultados económicos, en su situación financiera o incluso en su imagen. Esta lista queda recogida en el Documento de Registro Universal, que ha sido remitido recientemente a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En él, la entidad que capitanea Gonzalo Gortázar identifica como eventos estratégicos más relevantes las incertidumbres geopolíticas y macroeconómicas; los nuevos competidores; el marco legal, regulatorio o supervisor y, evidentemente, la fusión con Bankia.

Dentro de los problemas externos que pueden afectar a la estrategia del grupo, CaixaBank señala al deterioro pronunciado y persistente de las perspectivas macroeconómicas, resultado de una prolongación de los efectos de la pandemia, los shocks geopolíticos de alcance global, así como las tensiones territoriales en España, los gobiernos populistas o las protestas sociales. Igualmente, apunta a la posible reaparición de tensiones en el seno de la zona euro que avivaran los riesgos de fragmentación, después de que el periodo transitorio para el 'divorcio' de Reino Unido entrara en vigor en febrero de 2020 y se prolongara con arduas negociaciones hasta el 1 de enero de este mismo año.  

La materialización de cualquiera de estos eventos puede derivar en duras consecuencias para su entorno. A CaixaBank le inquieta que estos potenciales asuntos puedan dar lugar a un incremento de la prima de riesgo país con su consiguiente incremento en el coste de financiación, a una reducción de los volúmenes de negocio, a un empeoramiento de la calidad crediticia, a una fuga de depósitos o hasta daños materiales en oficinas o impedimentos para el acceso a los centros corporativos por protestas o sabotajes. En todo caso, el grupo entiende que puede mitigar en parte estas potenciales circunstancias gracias a sus niveles de capital y liquidez validados por los ejercicios de estrés externos e internos. 

Le preocupa que las exigencias regulatorias no se equiparen para las tecnológicas y avisa sobre la disrupción de un Euro digital

Los competidores entrantes también son un obstáculo. Las fintechs, neobancos o bigtechs cuentan con un gran potencial disruptivo en términos de competencia o servicios. Estos actores pueden llevar a la desagregación y desintermediación de parte de la cadena de valor, comportando un impacto en márgenes y ventas cruzadas. "Son entidades más ágiles, flexibles y con una estructura de costes muy ligera", recoge el documento, que añade que esta situación podría agravarse si las exigencias regulatorias no se equiparan a las que deben someterse las entidades de crédito. 

En este orden de cosas, CaixaBank pone el foco en el Euro digital, que piensa que es posible que acelere la entrada en el sistema bancario europeo de agentes distintos a los bancos en caso de que se les autorizara la intermediación de la gestión de las carteras de esta moneda virtual. Así, en la medida en que los medios de pago asociados al Euro digital podrían sustituir a los medios electrónicos actuales, los bancos corren el peligro de perder la información que aporta la transaccionalidad de los clientes en función de su operador final. El Banco Central Europeo (BCE) realizó un informe sobre un Euro Digital y ha sometido a consulta pública unas consideraciones iniciales sobre la posibilidad de avanzar en su creación. 

Seguimiento periódico de las bigtech y confianza en Imagin

Para lidiar con este frente, la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri aboga por la colaboración y el seguimiento periódico de los movimientos de las grandes tecnológicas. Para ello, ha creado un sandbox o espacio regulado de pruebas interno con el que analizar posibles oportunidades, a la vez que apostará por mejorar la experiencia del cliente ofreciendo productos y servicios de valor añadido. También confía en su propuesta Imagin, la cual adelanta que seguirá potenciando.

Dentro de los riesgos inherentes a su actividad se encuentra la regulación. La banca es uno de los sectores que más reglas debe cumplir del planeta. Como relata la entidad, los gobiernos, las autoridades regulatorias y otros organismos han hecho, y siguen haciendo, propuestas de reforma del marco normativo con la intención de que la industria financiera aumente su capacidad de respuesta frente a crisis futuras. En este apartado incluye los cambios en las leyes o políticas y sus distintas interpretaciones en España, la Unión Europea u otros mercados en los que opera. Ante este escenario, constata además unos mayores niveles de intervención por parte de los gobiernos y los supervisores que espera que continúe en el futuro, lo que crea una incertidumbre significativa tanto para CaixaBank como para la industria financiera en general. El mayor control también lo observa en la protección de clientes e inversores.

El evento destacado del año pasado en la esfera bancaria española fue el anuncio de fusión de CaixaBank con Bankia. El plan conjunto de consolidación se anunció el 18 de septiembre de 2020, mientras que la operación fue aprobada por los respectivos accionistas tres meses después.  Tras obtener las autorizaciones requeridas, la fusión se hizo efectiva el pasado mes de marzo. El grupo, que se ha convertido en el primer banco español tanto en términos de activos como de depósitos, tiene claras las ventajas de haber tomado esta decisión. Sin embargo, es consciente de que podría no ser capaz de integrar con éxito el negocio de Bankia operativamente o que existan pasivos o vicios ocultos o desconocidos.

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