Choque entre autoridades

De Cos defiende la independencia del BdE tras las críticas del Gobierno

El gobernador se acoge a la obligación legal de la autoridad supervisora que aboga por su autonomía en su guerra contra la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz. 

Pablo Hernández de Cos, Banco de España
Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España
CONTACTO vía Europa Press

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, se defiende de forma elegante ante la guerra desatada por la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. El responsable de la autoridad supervisora ha subrayado su independencia y rigor analítico. "Sabéis que no hago ningún comentario sobre otros comentarios que otras personas hacen en los medios de comunicación", ha dicho durante su intervención en los cursos de verano organizados por la UIMP, la APIE y BBVA.

Seguidamente se ha referido a los pilares sobre los que versa la actividad del Banco de España, que son una obligación legal: rigor analítico e independencia. Además, ha asegurado que los ciudadanos tienen la visión de que la autoridad trabaja con los criterios adecuados. Esta replica llega tras las declaraciones de Díaz, quien recientemente ha dicho que le preocupa que una institución como el Banco de España "no hable con los datos". Llegó a decir que sus análisis le han dejado "perpleja" y los ha calificado de "desacertados". "A veces desde instituciones se toma partido por opciones políticas”, dijo la vicepresidenta. 

El deterioro de la situación macrofinanciera derivada de la invasión de Ucrania por Rusia ha motivado al Banco de España a revisar a la baja de las perspectivas económicas para 2022 y 2023, así como una significativa revisión al alza de las proyecciones de inflación para 2022. En concreto, en comparación con las previsiones publicadas a finales del año pasado, las proyecciones macroeconómicas más recientes, correspondientes al mes de junio, anticipan un crecimiento del PIB real del 4,1 % y 2,8 % en 2022 y 2023, respectivamente, mientras que la inflación se situaría en el 7,2 % y 2,6 % en el promedio de 2022 y 2023. 

Los riesgos en torno al escenario central de estas proyecciones están orientados a la baja para la actividad y al alza para la inflación. Todo ello, en un contexto caracterizado por una extraordinaria incertidumbre, vinculada, especialmente, a la duración e intensidad de la guerra en Ucrania. Un hipotético mayor grado de traslación de los aumentos de precios y costes recientes al resto de precios de la economía y a los salarios supone una fuente adicional de riesgo de elevada relevancia. Otros elementos negativos son las incertidumbres acerca del ritmo de despliegue efectivo de los fondos del programa Next Generation EU y las posibles consecuencias del proceso de normalización monetaria en términos del grado de endurecimiento de las condiciones de financiación 

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