El 30% de la restauración, en riesgo

El negro futuro de 85.000 bares por el límite de aforo y los ERTE sin prorrogar

Bares, restaurantes
Bares, restaurantes
JUNTA DE ANDALUCÍA - Archivo

La desescalada del confinamiento de la población y del cierre de comercios anunciado por el Gobierno se esperaba como agua de mayo. Para los bares y restaurantes, de 11 de mayo en concreto, momento en el que podrán empezar a retomar progresivamente su actividad. Sin embargo, el sector de la hostelería ha acogido con tibieza el plan de del Gobierno y mantiene cuatro exigencias para evitar el colapso. A saber: un calendario unificado (y no en función de cada provincia), no limitar el aforo como estipula el plan, plantear una prórroga de los ERTE en el sector y conseguir acuerdos bilaterales con países de la UE para potenciar  el turismo extranjero.

De no tomarse estas medidas, el 30% de los bares de nuestros país corre el riesgo de desaparecer, tal y como advierte Hostelería de España, una de las patronales más importantes del sector. En concreto, unos 85.000 bares y restaurantes tendrían que echar el cierre definitivo. Peor aún: dispararía el desempleo en la misma parte proporcional de trabajadores, que oscilan entre 500.000 y 800.000, dependiendo de las cifras que manejan empresarios y sindicatos. Por eso, desde el sector se reclama la apertura completa de los bares y restaurantes desde el próximo 4 de mayo (fase 0 del plan de desescalada) en vez del 11 de mayo (fase 1), siempre atendiendo a las normas de seguridad y prevención sanitaria dictadas por el Gobierno, que para entonces solo tiene previsto que la hostelería pueda atender con cita previa (para recogida o entrega a domicilio).

Desescalada

Prácticamente todo el sector es unánime: otras patronales como la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) o la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc) se han sumado a estas exigencias; incluso algunos sindicatos como CCOO apoyan la prórroga del ERTE, de modo excepcional para el turismo y la hostelería, como solución a los despidos masivos cuando reabran los bares y restaurantes. La alternativa, advierten unos y otros, es que las empresas se vean obligadas a convertir los ERTE en ERE. Es decir, que no puedan mantener al mismo personal en plantilla que antes de la crisis y tengan que ajustar sus costes.

La falta de liquidez de bares y empresas ya es una realidad. El problema es que el calendario planteado por el Gobierno retrasa aún más su vuelta a la normalidad: al tratarse de una desescalada basada parámetros aún por definir y por provincias, en el sector se teme que algunas regiones se queden estancadas. En este sentido, Hostelería de España propone un modelo híbrido entre un calendario centralizado (para todo el Estado) y uno por provincias, atendiendo a los riesgos sanitarios y económicos de las comunidades autónomas. Según este plan de desescalada alternativo, Canarias, Andalucía y Valencia serían las primeras en reabrir sus bares y restaurantes, mientras que Madrid, Navarra y  las dos castillas serían las últimas. En todos los casos, reabrirían al 100%, sin restricciones de actividad o aforo.

Precisamente este punto es otro de los más controvertidos del plan del Gobierno: el aforo quedará limitado al 30% en terrazas e interiores como poco hasta la fase 3, es decir, hasta el 10 de junio, lo que supondrá una tremenda reducción de ingresos, según el sector. "Si el Ejecutivo no aclara algunas de las medidas adelantadas esta tarde y que son confusas, como el porcentaje de la reducción del aforo de las terrazas, con las condiciones de reapertura anunciadas, el cierre de establecimientos podría ascender hasta el 30% (alrededor de 85.000 locales)" advierten desde Hostelería de España.

Reabrir el turismo exterior

Tampoco ayuda el hecho de que el turismo exterior previsiblemente caerá en picado este verano. El Gobierno ya trabaja en un escenario sin visitantes extranjeros durante varios meses, pero la hostelería reclama que buena parte de sus opciones de supervivencia pasan precisamente por que se negocien acuerdos bilaterales con otros países de la UE para reabrir vías de entrada siempre y cuando no resulte un problema para la salud pública. Es decir, que se trabaje en reabrir el espacio aéreo a aquellos países en los que el coronavirus apenas ha tenido incidencia o en los que sea fácilmente evitable el contagio con estrictos puestos de control sanitarios en los aeropuertos

Aún así, temen que tampoco sea suficiente. Alemania, por ejemplo, es uno de los mayores emisores de turistas del mundo y solo en 2019 más de 11 millones de alemanes visitaron España. Las previsiones para los próximos meses es de cero visitantes del país germano, que ahora mismo tiene vetada la salida de turistas a otros países en los que la epidemia ha hecho estragos, como el caso de España. "El gran problema es que se vea a España como un destino de riesgo incluso después de controlar la epidemia", se lamenta el sector. Especialmente porque los bares y terrazas, como el resto de comercios, son conscientes de la amenaza de un segundo brote de coronavirus cuando acabe el verano.

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