EEUU aprieta a "monopolios" de gigantes tech en una pelea que amenaza su imperio

El Gobierno americano abre frentes por restricción competitiva a tres de los cuatro grandes, con Apple como la última señalada. Se enfrentan a sanciones de miles de millones, 'troceo' de activos y cambios en sus prácticas.

Bandera de Apple a las puertas de una de sus tiendas.
Bandera de Apple a las puertas de una de sus tiendas.
DPA vía Europa Press

Tres demandas antimonopolio en menos de dos años que dan más vueltas de tuerca más a la presión. La administración estadounidense estrecha aún más el cerco a los mayores titanes nacidos en aquel país. El último paso se hizo público este jueves, cuando el Departamento de Justicia presentó una denuncia contra Apple por mantener su posición en el mercado con restricciones ilegales. Este cerco se intensifica en pleno ‘momentum’ de estas compañías por la explosión de la inteligencia artificial como nueva gran tecnología y tras años de críticas hacia la UE por hacer lo mismo años atrás.

Amazon, Google y también la propia Meta (Facebook) se enfrentan a varias batallas abiertas, que podrían acabar en un ‘troceo’ con la venta de activos para reducir su poder o facilitar la competencia o con el pago de sanciones de miles de millones de euros. Y sobre todo acarrearán cambios relevantes en el negocio y en sus prácticas que podrían poner en riesgo sus imperios. “Esta demanda amenaza quiénes somos”, resumía un portavoz de Apple este jueves. Y lo hace en su ‘casa’. En el principal granero de ingresos. Para el fabricante del iPhone, EEUU representa cerca de la mitad de sus 383.000 millones de dólares de ingresos. Para Amazon esa proporción es incluso mayor y supone dos tercios. Para Google era el 47% de sus 307.000 millones.

Durante años las repetidas sanciones milmillonarias de la Comisión Europea contra todas estas grandes multinacionales por sus abusos de posición se convertían en problemas diplomáticos. El propio Donald Trump, expresidente y candidato a la presidencia en las elecciones de este año, atacó duramente en varias ocasiones a la comisaria de Competencia, Margherete Vestager. La secretaria de Estado de Comercio, bajo ya la presidencia de Joe Biden, criticó las reglas restrictivas en el continente. La administración envió varias cartas a Bruselas reclamando clemencia regulatoria pero sin hacer nada. Mantenían un difícil equilibrio: criticar los ‘ataques’ externos a sus compañías, mientras trataban de controlarlos.

Apple como símbolo

Apple es uno de esos símbolos americanos. Y desde esta semana también está en el punto de mira. Este jueves, el Departamento de Justicia -la agencia federal responsable de la aplicación de las leyes en EEUU, equivalente a una fiscalía general- hizo pública una demanda contra el fabricante del iPhone por haber llevado a cabo prácticas anticompetitivas no sólo en los negocios del móvil y los relojes (Watch), sino también el navegador, su aplicación de mensajería, su tienda de ‘apps’ o la publicidad. Unas prácticas que “están diseñadas para mantener el poder y al mismo tiempo extraer la mayor cantidad de ingresos posible”.

Las palabras del Fiscal General Adjunto antimonopolio del país, Jonathan Kanter, resumen bien lo sucedido en los últimos quince años en el mercado estadounidense. “La propia Apple fue un importante beneficiario del caso de Microsoft”. Se refiere a la denuncia que el Gobierno americano hizo contra el fabricante de Windows en la década de los 90 cuya solución “allanó el camino para que Apple lanzara iTunes, iPod y, finalmente, el iPhone, libres de restricciones anticompetitivas, tarifas excesivas y represalias”. Ahora, tres décadas después, se enfrenta a una demanda por haber puesto en práctica medidas anticompetitivas también.

El año 2019 fue clave. En ese difícil equilibrio entre criticar a los ‘ataques’ externos contra estas compañías y su control, se empezó a estrechar el cerco. El Gobierno de Estados Unidos se preparaba para investigar a Amazon, Apple, Facebook y Google. La Comisión Federal de Comercio y el Departamento de Justicia, que son las encargadas de hacer cumplir las leyes antimonopolio en Estados Unidos, dividieron en aquella fecha la supervisión de las cuatro firmas. Amazon y Facebook, bajo la FTC, y Google y Apple, bajo Justicia-. Las tres primeras ya se habían lanzado. Ahora se incorpora la cuarta.

Otros casos

El caso de Google es el que está más avanzado. El pasado mes de noviembre el juicio celebrado en Washington quedó visto para sentencia con Microsoft como uno de los rivales más beligerantes en sus testimonios. Durante más de dos meses de vistas a puerta cerrada se plantearon miles de documentos para probar sus abusos de posición y el mantenimiento de manera ilegal de un monopolio sobre el mercado de buscadores -donde tiene acuerdos con fabricantes de teléfonos móviles, creadores de navegadores web y otros proveedores para ser el buscador por defecto que le supusieron 26.000 millones de dólares al año sólo en 2021-. Se espera que haya una sentencia a lo largo de este año 2024. La administración de EEUU y el medio centenar de estados que han liderado esta demanda no exigen dinero, son una orden judicial para evitar estas prácticas. Y esto podría acarrear el ‘troceo’ de la empresa o la exigencia de la retirada de esas alianzas de exclusividad.

El caso de Amazon era también muy esperado. En este caso, la Comisión de Comercio presentó su demanda contra el gigante del comercio electrónico el pasado mes de septiembre, acusando a la empresa de dañar a los consumidores con precios más. El departamento, liderado por Lina Khan, especialmente crítica con las prácticas de estas compañías, pidió al tribunal que considere obligar al grupo fundado por Jeff Bezos a vender activos. Los focos estaban en su gestión del ‘marketplace’ abierto a terceros vendedores. La fiscalía también presentó otros casos contra la empresa, incluido uno acusándola de engañar a “millones de consumidores” para que compren suscripciones a Prime.

Otras medidas

Las demandas judiciales por mantener ilegalmente monopolios no son las únicas armas que han puesto sobre la mesa en los últimos tiempos en Estados Unidos contra estos gigantes. Además de algunos casos vinculados a la privacidad o el uso de los datos, también se ha puesto mucha más presión en uno de los puntos flacos que han permitido la construcción de estos ‘imperios’: las adquisiciones. El Gobierno ha iniciado una investigación sobre la entrada de Microsoft y su alianza estratégica en OpenAI, el dueño de ChatGPT. Además, la FTC también solicitó bloquear la adquisición de Activision por Microsoft, aunque finalmente se llevó a cabo.

Este escrutinio mucho más cercano en el mercado más relevante para estas multinacionales se produce además en un momento clave para la historia tecnológica. Todos los grandes grupos tratan de posicionarse en la nueva ola: la de la inteligencia artificial. Están invirtiendo miles de millones de euros en construir sus propias herramientas o participando en proyectos de startups que lo hacen. Las piezas volverán a sacudirse.

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