La nueva normalidad parece haber llegado para quedarse, también en los supermercados: ante la incertidumbre de un rebrote en otoño, la falta de una vacuna y los centenares de brotes controlados que ya se están produciendo en todas las comunidades autónomas, las medidas de seguridad implementadas durante el estado de alarma para preservar la salud pública en los establecimientos de alimentación seguirán siendo la norma en la mayoría de los casos.
Es lo que se desprende de dos informes paralelos de Aecoc, en los que se señala, por un lado, que el 95% de los establecimientos mantendrán las medidas de seguridad; y por otro, que se trata de algo que demanda actualmente el 80% de los consumidores. En ellos, se acentúa el cambio de paradigma en la alimentación, en la que la higiene y las medidas de seguridad continúan ganando peso mes a mes respecto a otros aspectos tradicionalmente más preocupantes para la población, como el precio o el ahorro.
En el informe 'Impacto del Covid en la gestión de Recursos Humanos del Gran Consumo', elaborado por Aecoc junto con Mercer, se pone de manifiesto que las medidas de seguridad laboral adoptadas con motivo de la crisis sanitaria son la principal apuesta del 95% de las compañías del sector, que mantendrá todas o gran parte de ellas. Pero no solo porque el consumidor lo demande, sino porque el 51% de supermercados considera que la gestión del bienestar físico y emocional de los trabajadores es el gran desafío de la nueva normalidad.
Digitalización y teletrabajo
En la escala de preocupaciones de los supermercados, a esta gestión emocional le siguen la digitalización de las relaciones y de los procesos de trabajo (17,9%), la conciliación laboral (12,8%) y la comunicación interna (7,7%), un apartado que, según explica Nuria de Pedraza, directora de comunicación de Aecoc, ha tenido "un destacado papel" durante la crisis del coronavirus, en un momento de máxima incertidumbre. Por ello, señala que compartir información y trasladarla adecuadamente a los colaboradores "se ha hecho más necesario que nunca".
En este sentido, uno de los aspectos más problemáticos de comunicar -y de gestionar- ha sido la gestión de la desescalada. Según los datos que maneja Aecoc, el 95% de las empresas ha creado un plan de desescalada de cara a la vuelta a la normalidad de los equipos, en los que destacan cuatro medidas clave, aplicadas en la mayoría de los casos: la reincorporación por turnos de trabajo -algo extensible más allá del sector de los supermercados-; la flexibilización de los horarios y la convivencia con el teletrabajo; las medidas higiénicas y de distanciamiento en las oficinas; y las estrategias de conciliación familiar.
Este último punto es el más complejo de abordar para la mitad de los departamentos de recursos humanos de los supermercados, que ven como principales medidas clave el refuerzo de la digitalización en las relaciones y los procesos laborales -no solo de manera interna, sino también con clientes externos-, la formación y la instauración de una cultura 'agile'; esto es, que permita a la empresa y a los empleados ser más flexibles en entornos complejos o de incertidumbre como en el estado de alarma, a través del fomento de la autorresponsabilidad de la plantilla.
De hecho, la conciliación laboral no figura en los primeros puestos entres las principales medidas adoptadas por los departamentos de recursos humanos durante la crisis de la Covid-19. En primer lugar, el 80% apunta al refuerzo de la digitalización de los equipos, seguido de un 77,5% que ha adoptado reestructuraciones y reasignaciones de los espacios físicos de trabajo. A partir del tercer escalón aparece la primera medida de conciliación, ya que el 67,5% de las compañías ha modificado las jornadas laborales, mientras que el 65% ha iniciado medidas de control sanitario.
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