El fabricante alemán de productos de consumo y belleza Henkel, propietario de marcas como Loctite, Schwarzkopf, Pattex o Pritt, ha registrado unos ingresos de 16.889 millones de euros en el conjunto de los nueve primeros meses de 2022, lo que supone un crecimiento del 12,5% frente al mismo periodo del año anterior, según ha informado la empresa. Henkel a conseguido la cifra a pesar de haber interrumpido en el mes de abril de este año su actividad en Rusia por el avance de la invasión en Ucrania.
Por segmentos de negocio, la división de adhesivos creció un 22,6%, hasta 2.995 millones de euros, mientras que la rama de belleza se elevó un 8,4%, hasta 1.013 millones. Las ventas de productos de limpieza e higiene alcanzaron los 1.902 millones de euros, un 13,2% más. Concretamente, ha registrado durante el tercer trimestre unas ventas de 5.976 millones de euros, lo que supone un incremento del 17,3% frente al mismo periodo del año pasado.
"En un entorno de mercado que sigue siendo extraordinariamente desafiante, hemos seguido llevando a cabo nuestra estrategia y hemos logrado un crecimiento de ventas de doble dígito", ha indicado el consejero delegado de la firma, Carsten Knobel. La empresa ha decidido elevar las previsiones de ventas orgánicas para 2022 a un rango de entre el 7% y el 8%, frente al objetivo anterior de entre el 5,5% y el 7,5%. De su lado, el margen del resultado bruto de explotación será de entre el 10% y el 11%, frente a la horquilla anterior de entre el 9% y el 11%.
Interrupción de la actividad en Rusia
El cese de la actividad de numerosas compañías en el territorio ruso ha continuado durante la invasión a Ucrania. La empresa alemana Henkel, que fabrica el detergente Persil, los productos para el cabello Schwarzkopf, los geles Fa y los pegamentos Loctite y Pritt, anunció en el mes de abril que interrumpía sus actividades en Rusia "en vista de la evolución de la guerra en Ucrania".
Henkel informó de que preparaba con los equipos de trabajo en Rusia la interrupción del negocio de forma calculada y ordenada. Asimismo, la compañía de bienes de consumo alemana seguiría empleando y pagando a los 2.500 empleados que tiene en Rusia. La decisión se tomó tras las críticas que comenzaron en la junta general a comienzos de abril por parte de muchos accionistas al mantener sus actividades en Rusia, considerándolo un daño para la reputación de la compañía.
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