Iberdrola resiste al tsunami en el sector y aumenta un 3% su beneficio en el primer trimestre, hasta los 1.058,3 millones de euros. La primera eléctrica española ha logrado contrarrestar con la buena trayectoria de su negocio internacional, la caída del 29% de sus ganancias en España, hasta los 337 millones, un batacazo que el grupo achaca a la escalada de precios de la energía que han perjudicado al negocio de Comercialización, tanto en nuestro país como en Reino Unido. Según Iberdrola, el alza no se ha traspasado a los clientes con contratos fijos acordados previamente, lo que ha mermado los márgenes en estas geografías.
El grupo ha elevado su beneficio bruto de explotación (ebitda) un 5% frente al mismo periodo del año pasado, hasta los 2.951 millones de euros, gracias a ese buen comportamiento de sus negocios internacionales. Pese al varapalo en España, Iberdrola ha ratificado sus objetivos para este año. Iberdrola mantiene su previsión de beneficio neto para este ejercicio en una horquilla de entre 4.000 y 4.200 millones de euros, así como un dividendo de 0,44 euros por acción.
Por negocios, el área de redes creció un 20% en este periodo, hasta los 1.587 millones de euros, mientras que el negocio de producción de energía y clientes cayó un 6,8%, hasta los 1.360 millones de euros, afectado principalmente por los altos precios de la energía, la baja producción renovable y la parada no programada de la planta nuclear de Cofrentes -ya solucionada-, que forzaron a la compra de energía en el mercado de casi 4,5 teravatios (TWh).
Las inversiones del grupo en el periodo superaron los 2.100 millones de euros, sumando casi 10.000 millones en los últimos doce meses. El 91% se destinaron a la nueva capacidad renovable y a redes inteligentes. Un 80% de la inversión se ha dirigido a mercados internacionales, destacando Estados Unidos (32%), Brasil (18%), Reino Unido (15%) y otras áreas geográficas internacionales (14%).
El presidente de Iberdrola ha incidido en que la actual crisis en el mercado energético "demuestra la necesidad de acelerar la transición energética para alcanzar la autonomía energética en Europa y descarbonizar nuestra economía". "Para ello, se necesitan soluciones basadas en el marco europeo y en un diálogo continuo entre los agentes y las administraciones", ha deslizado Sánchez Galán.
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