En la primera reunión

Indra plantea un recorte de algo más de 1.000 empleos en su filial tecnológica

La compañía propone la amortización de 1.036 puestos de trabajo en la primera reunión mantenida con los sindicatos.

Fernando Abril-Martorell presidente de Indra
Fernando Abril-Martorell, presidente de Indra.
Europa Press

Primera propuesta de Indra en la negociación del despido colectivo iniciado con los sindicatos para la filial de soluciones tecnológicas. La compañía española, participada al 18% por el Estado, ha propuesto a las organizaciones sindicales la reducción de algo más de 1.000 puestos de trabajo, lo que supondría algo menos del 10% de la plantilla total. El objetivo es adaptar la plantilla a la caída de los resultados, el descenso de la demanda de sus clientes y los cambios estructurales del negocio.

La compañía había convocado hace quince días a los sindicatos para la negociación de un despido colectivo, tal y como avanzó La Información. Y le ha puesto cifras: 1.036 despidos con la indemnización mínima de 20 días por año trabajado. Afectarán a todos los centros de trabajo de Indra Soluciones TI. La compañía, presidida por Fernando Abril-Martorell, ha alegado causas económicas, productivas y organizativas para justificar esta medida.

Los criterios para decidir dónde recortar han sido comunicados en la reunión. Por un lado, se incidirá en el grupo de trabajadores "disponibles estructurales", es decir, los que no tienen ningún cometido específico, que podrían superar el centenar, según explican varias fuentes conocedoras. Por otra parte, también se incluirán los "profesionales de baja empleabilidad"; los destinados a servicios financieros, tras un "progresivo descenso de demanda"; los que tienen una desviación superior al 20% entre su retribución fija y la media.

Desde Indra explican que la necesidad de esta reducción de plantilla en su filial ISTI, que engloba su división de Tecnologías de la Información (TI), está motivada por la caída de los resultados, el descenso de la demanda de sus clientes y los cambios estructurales del negocio de la compañía. En este sentido, insisten en que las pérdidas de explotación en 2018 fueron de 24,8 millones y de 20,7 millones en 2019. Durante los seis primeros meses, según sus propias cifras, los ingresos cayeron un 1,6%, el margen operativo lo hizo un 67% y el resultado de explotación arrojó 'números rojos' de 61 millones frente al resultado positivo de 27 millones del mismo periodo del año anterior.

Tras la suspensión del ERTE

En caso de que saliera adelante el despido colectivo sería el primero que se da en el núcleo duro de las empresas de mayor tamaño con una participación significativa en manos del Estado a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi). En este grupo no se incluye Alestis, que ha planteado casi 600 despidos, o Airbus que ha abierto negociaciones para alcanzar el recorte de 1.600 puestos de trabajo con salidas, en una primera fase, "voluntarias". Ambas son de un tamaño mucho menor que el de Indra y, además, la segunda tiene una participación estatal muy minoritaria (4,1%).

Como antecedente a esta negociación que se inicia ahora se encuentra la decisión de la dirección de la consultora tecnológica española de dejar en suspenso el Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) tras la imposibilidad de llegar a un acuerdo con los representantes de los trabajadores y ante las reticencias del Estado. A principios del mes de abril, apenas dos semanas después de que estallara la pandemia y se iniciara el confinamiento en España y en otros países, la compañía retiró su propuesta de ERTE para un máximo del 6% de la plantilla en España y de rebaja salarial de entre el 5% y el 25%. Lo hacía "en la confianza de que en el momento que sea necesario apoye las decisiones que se deban tomar".

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