Indra pone en marcha su nueva división del negocio de espacio con Hispasat en el punto de mira. El consejo de administración del grupo español ha aprobado el proyecto de segregación de los activos que integran la actual unidad espacial en favor de esta nueva sociedad. Se trata de la primera medida contenida en el plan estratégico 2024-2026 con la que busca ganar enteros en esta mercado, al igual que hacen otros gigantes del sector de la defensa como Leonardo o Thales.
En un hecho relevante comunicado este mismo lunes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la segregación se configura como "una primera fase" en el objetivo final de crecer una entidad que, entre otros aspectos, sea "la piedra angular que aglutine en los próximos años las actividades en el ámbito del negocio espacial". La sociedad de nueva creación, llamada Indra Espacio, estará íntegramente participada por la cabecera del holding. Pese a que se puede llevar a cabo a través de un procedimiento acelerado, el grupo ha optado por someterla a aprobación de la junta general de accionistas que se convocará próximamente.
Esa nueva división de espacio -similar a la que tienen otros rivales en el sector- es una de las grandes novedades de esa nueva hoja de ruta. No es algo inhabitual para las multinacionales de defensa del continente europeo, pues la mayoría cuenta con esta rama. Indra pone sobre la mesa crear este vertical nuevo -que incluirá también todo el negocio vinculado a satélites-.
En el proyecto de segregación, Indra ha aportado un total de 54,8 millones de euros en activos y 26,7 millones en pasivos por lo que el valor neto del patrimonio separado es de 28 millones. Nace con un capital con prima por la misma cantidad. Aquí se incluye la UTE con GMV para el desarrollo del receptor marítimo Galileo. También están la participación del 10% en Sateliot y de Hisdesat. La plantilla que se incorporará estará formada por casi 250 empleados.
En esa nueva hoja de ruta, Indra aspira a convertir este grupo en un competidor principal en el mercado europeo pero con presencia global. Esperan superar la barrera de los 1.000 millones de euros de ingresos para el ejercicio 2030. No se trata de un salto cualquiera. Según se comunicó a los analistas durante la presentación de la estrategia, hoy por hoy este negocio apenas genera unos 100 millones de euros -principalmente vinculado a los satélites-.
En esta división, pretenden abrirse a un "ecosistema internacional de accionistas y socios" para acelerar el crecimiento futuro. Buscan aglutinar en la sociedad que hoy crean "todas las capacidades de la cadena de valor" para así poder aspirar a los grandes programas de inversión internacionales. Buscan incorporar empresas adquiridas u otras que quieran sumarse como accionistas aportando sus activos.
Hispasat, candidata
Hispasat es una de las primeras candidatas -que podría ser accionista más que adquirida habida cuenta de los más de 900 millones pagados por Redeia para su compra a Abertis en 2019-. El consejero delegado, José Vicente de los Mozos, insistió en que la firma semipública presidida por Pedro Duque y dirigida por Miguel Ángel Panduro es hoy una opción más. Pero, según insistió, también hay otras como Satelogic en Estados Unidos; GMV o Sener, en España; o Thales, en Francia.
La condición que planteó De los Mozos es que el capital de esta nueva sociedad sea mayoritariamente español, sin dar más detalles sobre el potencial reparto ni si Indra estaría dispuesta a ceder la mayoría. "En el espacio hoy se invierten 360.000 millones de dólares; el 30% del capital es privado y el 70% es institucional... En España se invierten 400 millones de dólares, por lo que el potencial es enorme", aseguraba el primer ejecutivo.
Minsait, ¿la siguiente?
Junto a la creación de Indra Espacio, la compañía estableció otras prioridades como potenciar el negocio de Defensa y Tráfico Aéreo junto con la posibilidad de dar entrada a un socio externo mayoritario o minoritario para Minsait, la división tecnológica. Hoy el 'carve out' de la filial dirigida por Luis Abril está bastante avanzado, aunque sólo le quedan algunas tareas, como la creación de una estructura financiera en sí misma, con capital propio y con servicios globales propios. La hoja de ruta quedó muy abierta en este aspecto tras el intenso debate interno vivido en las semanas anteriores.
El plan estratégico plantea objetivos especialmente ambiciosos en la generación de negocio basándose en el incremento hasta el 2% del PIB de España en gasto militar y del resto de mercados internacionales. Se espera más que duplicar los ingresos hasta los 10.000 millones en 2030 (más de 6.000 millones en 2026). Desde un punto de vista orgánico, el reparto sería: 1.100 millones en Defensa; 500 millones en Gestión del Tráfico Aéreo y 3.600 millones en Minsait. Esto hace que sea difícil plantear la pérdida de una mayoría accionarial, lo que podría llevar a desconsolidar esos activos.
